sábado, 4 de junio de 2011

No violencia


No violencia

Cuando vemos una hoja de papel en blanco, no
podemos decir cuál de sus caras es el anverso y cuál
es el reverso.

Lo mismo ocurre con la no violencia y la verdad.

No existe la una sin la otra.

Si uno es capaz de emplear la violencia para alcanzar
sus fines, ¿por qué va a dudar en recurrir a la
mentira, de palabra o de obra?

Sin brahmacharya no es posible vivir en la verdad
y en la no violencia.

Brahmacharya significa dominio de los órganos
sensoriales en los pensamientos, las palabras y las
obras.

Quien vive con continencia en lo físico, pero es
impuro en su corazón, no puede considerarse un
verdadero brahmachari.

Sólo hay un camino para alcanzar la independencia
a través de la no violencia:
si morimos, vivimos;
si matamos, jamás viviremos.

Quien no posee una paciencia sin límites
no puede practicar la no violencia.

Se ha convocado para hoy una huelga general para
conseguir el indulto de los que han sido condenados
a morir en la horca.

Si cumplimos de manera sensata y razonable lo
programado, habremos dado un gran paso adelante
en el camino de la no violencia.

¡Cuan necesaria es la no violencia para soportar
pacientemente a quien que no comprende ni siquiera
las cosas más pequeñas...!

La no violencia se ve sometida a prueba
cuando se encuentra frente a la violencia.

¿Qué debemos hacer cuando una mala persona
entra en nuestra vida y nos arrebata cuanto tenemos?

¿Cuál es la solución no violenta?

La respuesta sencilla es: permitirle amablemente
que siga su camino.

Cuando la Administración pública es tan perversa
que se hace insoportable, hay que ser capaz de
sacrificar la libertad personal para oponerle una
resistencia no violenta.

La conducta violenta es limitada
y puede fracasar.

La no violencia no conoce fronteras
y jamás fracasa.

La violencia es el arma del débil;
la no violencia lo es del fuerte.

Capitular ante la violencia
es un signo de falta de hombría.

La no violencia perfecta se caracteriza por una falta
total de odio.

La no violencia sirve al bien de todos, y no sólo al
bien del mayor número posible.

Quien ensalza la no violencia tiene que estar dispuesto
a sacrificar su vida para garantizar el bien
de todos.

Es preciso renunciar a la violencia, pues el bien que
aparentemente puede producir es puramente ficticio,
mientras que el daño que ocasiona es duradero.

Lo que pretende suscitar la compasión del adversario
nada tiene que ver con la no violencia.


La crueldad de uno
es la medida de la bondad de otro.

El vicio florece en la oscuridad
y se desvanece a la luz del día.

La no violencia y la verdad brillan por sí mismas.
De lo contrario, no son auténticas.


de QUIEN SIGUE EL CAMINO DE LA VERDAD NO TROPIEZA
Mahatma Gandhi

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