jueves, 12 de febrero de 2015

EL CAMINO DE RETORNO A LA TIERRA - en you tube -



EL CAMINO DE RETORNO A LA TIERRA 

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https://www.youtube.com/watch?v=HRNvyzmhmu8&feature=youtu.be


Así como existe un procedimiento exacto a seguir una vez el individuo ha desencarnado, el camino de vuelta a la escuela de la experiencia, la vida en la Tierra, obedece a ciertas leyes gobernadas por las Jerarquías Superiores y por Principios de la Naturaleza. 

El impulso espiritual que lleva al Ego a renacer le hace soñar con escenas de ciertas experiencias que desearía tener. Estos sueños son realmente representaciones ideales en la conciencia del Espíritu, puesto que allí carece de Mente. La evocación de estas ideas llama la atención de los llamados Ángeles del Destino quienes vienen en su ayuda. Estos tienen a su cargo la tarea de asistir a los que están por nacer. Entre estas criaturas celestes hay cuatro denominados Los Cuatro Ángeles Archiveros quienes son los encargados de custodiar las memorias de las vidas de todos los seres. Ellos le muestran al Ego la suma de acciones iniciadas en vidas anteriores y que necesariamente deben concluir pues hemos sembrado muchas causas en el Plano Físico que generan ciertos efectos en el mismo. A pesar de que en la existencia postmortem en el proceso purgatorial el Ego recibe dolor a nivel emocional, proporcional a sus errores del pasado, y del cual deriva cierta conciencia de Rectitud, las causas generadas en el Plano Denso subsisten como tales y llaman al Ego a enfrentarse a sus efectos en el mismo lugar,pues ciertas deudas del Destino, deben ser canceladas. Este proceso de cancelación está mediado por la Ley de Causalidad. La suma de causas negativas y positivas, las unas que generaron deudas y las otras que atrajeron merecimientos es conocida como la Ley del Karma-Darma o Ley de Causalidad. Durante todas las vidas vemos la acción de este principio Universal, siendo al comienzo de nuestra evolución mayor el Karma (negativo) que el Darma (positivo) debido a la inexperiencia del Ego. Con el tiempo, al aumentar la conciencia de los actos, el Espíritu genera más Darma u oportunidad de recibir el influjo positivo de ciertas fuerzas favorables a él, en planos más densos. Los Ángeles Archiveros muestran al espíritu la historia karmática de la cual hay varios apartes: 

1. El Karma - Darma acumulado que está constituido por aquellas deudas o merecimientos a los que el Ego ha dado cierta espera para su cancelación y lo cual le es hasta cierto punto permitido por la Ley de Causalidad. 

2. El Karma - Darma de Destino maduro que incluye todas aquellas deudas o merecimientos para los cuales ya no hay más espera. Deben ser cancelados necesariamente en la vida siguiente. 

El karma de destino maduro afecta a aquellos Egos que han transgredido la misma ley natural vida tras vida y que han dado ya una larga espera para el justo pago. Los molinos de Dios se dice que pueden moler muy despacio pero demasiado fino y no hay deuda que pueda ser eludida ante la justicia divina. Toda acción malvada recibe tarde o temprano su castigo y todo acto de amor traerá con el tiempo la justa recompensa. El destino maduro constituye aquella parte de los acontecimientos de la vida que no pueden ser evitados. Son ineludibles a menos que el Ego sufra una transformación espiritual que le permita comprender a cabalidad las leyes que transgredió y que además haga un acto de sacrificio
muy grande con una vida dedicada por completo al servicio desinteresado y amoroso a la humanidad. 

Como generalmente las tendencias hacia nuestras malas acciones persisten vida tras vida, cuando el Espíritu no las ha regenerado, muy pocos están dispuestos a pagar el precio que la Ley de Causalidad exige y por eso se dice generalmente que el destino maduro es ineludible, aún para los grandes seres. Se cuenta una anécdota donde el profeta Elías se enojó en una ocasión contra algunos hombres quienes le dijeron que no era verdad que la Divinidad estaba con él y su fuerza espiritual era una falsedad. En su ira, hizo llover fuego del cielo para demostrar su poder espiritual cometiendo tan grave error que muchos hombres perecieron bajo tal exhibición. En la siguiente vida, Elías encarna siendo Juan el 
Bautista quien dedicó toda su existencia a preparar la venida de Cristo, en una vida de completa renunciación y servicio a los demás. Sin embargo, las fuerzas que generó en el pasado segando vidas humanas se volvieron contra él y lo llevaron a ser decapitado por orden de Herodes. Ni siquiera el mismo Jesús el Cristo pudo hacer nada por él. Dice la Ley oculta que el destino del transgresor es muy duro y es una gran verdad pues está fuera del poder del hombre el impedir la cancelación de una deuda del destino cuando el Espíritu no ha hecho méritos para transmutarlo en Darma. 

Los Egos en el Tercer Cielo deben necesariamente enfrentar su Karma-Darma y es así como en común acuerdo con los Ángeles que necesariamente tienen que liquidar. Es el mismo Ego en toda su lucidez espiritual, el que decide la parte de deudas que serán pagadas de su Karma acumulado. 

Después de esta revisión del Karma-Darma y teniendo en cuenta además el deseo de nuevas experiencias del Ego, los Ángeles del Destino muestran al Espíritu de los por nacer, un panorama de las probables vidas que podrían estar de acuerdo con sus necesidades. 

En esas probables vidas, están implicados muchos Egos con los cuales se han contraído relaciones buenas y también deudas en pasadas encarnaciones. Unos nos deberán y a otros deberemos, de tal suerte que cada vez que se elabora un panorama probable, se da la oportunidad de cancelación de deudas para varios seres a la vez. Solamente la inteligencia y sabiduría de los Ángeles del Destino es capaz de prever el desarrollo de futuros acontecimientos, eslabonando las múltiples causas que encadenarán la vida de muchos Espíritus. 

De entre estos panoramas que el Ego vislumbra, selecciona uno, en uso de su libre albedrío y es necesario aclarar que los escenarios de los acontecimientos por suceder se refieren tan solo a los hechos principales, teniendo cada ser libertad en cuanto a los detalles. Puede decirse con toda verdad que en el Tercer Cielo todo Espíritu ha visto la futura vida por vivir. En este panorama mostrado por los Ángeles del Destino, las etapas de la existencia se suceden desde la cuna a la tumba para mostrar como ciertas causas 

contraídas con anterioridad generarán ciertos efectos. En esto difiere del panorama observado por el Ego al morir, donde se ven las modificaciones posibles que el Ego introdujo en su ya planeada  existencia. Aquí las escenas transcurren desde la tumba a la cuna, en orden inverso de como ocurrieron, para mostrar los efectos que fueron generados por ciertas causas de la vida precedente. 

Una vez el Espíritu ha elegido su futura existencia, ya no puede retroceder, pues los Ángeles del Destino manipulan ciertas energías que eslabonan y canalizan las causas por el camino del panorama evocado, y el Karma-Darma del destino es por así decirlo disparado en una ineludible dirección. Muchos se preguntarán sin duda alguna como es posible que hayan escogido vidas de sufrimiento en el Tercer Cielo si no son capaces de superarlo. Es necesario aclarar que allí el grado de conciencia espiritual es muy diferente. En el Mundo Denso, tenemos claridad con respecto a las cosas materiales pero no en cuanto a lo espiritual, en tanto que en el Tercer Cielo la conciencia es verdaderamente del Espíritu, el cual, conoce a cabalidad el tipo de lecciones que necesita aprender para su progreso. Aquí en la Tierra esa memoria se ha perdido, debido a la cristalización y densificación propia de los vehículos inferiores y no podemos comprender muchos de los acontecimientos del vivir diario. Cada vehículo que el Ego posee, es un velo que oscurece la conciencia del Alma y este proceso es necesario al Espíritu. Si recordáramos durante nuestra estadía en el Mundo Físico nuestras vidas anteriores, nuestra conciencia se enfocaría en el pasado y viviríamos en las emociones de otras encarnaciones desviando el trabajo de la vida presente. Generalmente en cada existencia mejoramos nuestra manera de actuar, de sentir y de pensar y este proceso de evolución nos haría mirar al pasado con remordimiento y horror por el mal cometido. Nuestra mejor vida siempre será la de ahora por cuanto nuestra conciencia actual es la quintaesencia de todas las encarnaciones pasadas. 

La Ley de Causalidad reúne en cada existencia a los amigos y enemigos del pasado tratando de lograr un maravilloso reencuentro si se trata de las primeras, o un equilibrio armónico a través de una relación que favorezca el amor si se trata de los segundos. Aquellos que se han odiado mucho quizá nazcan como hermanos para aprender a compartir. Quien ha segado la vida a otros quizás hará de madre para dar lo quitado anteriormente. El que vivió con la abundancia y el derroche tal vez nazca en la miseria para aprender a apreciar por la carencia lo valioso de los bienes materiales. El que vivió en la pobreza y supo compartir lo poco que tenía ganará el derecho a la administración de muchos bienes y reencarnará en la abundancia. 
Todos los acontecimientos de nuestras vidas suceden porque nosotros los provocamos y cada cosa que nos es dada o no es quitada lo es en función de la Ley de Causalidad. El Karma es infalible y cada cual sólo podrá cosechar lo que ha sembrado y nada más. Si deseamos buenos frutos, plantemos buenas semillas para el mañana. 

Todos los seres que nos rodean son el reflejo de nuestra Alma y cada uno posee en su cuerpo, en su carácter o en su pensamiento algo en lo cual se asemeja a nosotros. Lo que más nos gusta de los demás, lo es por afinidad en nuestras vibraciones y aquello que más detestamos de otros es lo que tal vez fuimos en el pasado y no queremos recordar. Cada ser humano que se cruza en nuestras vidas nos trae un conocimiento del pasado, así como la brisa trae la fragancia de lejanos bosques. De todos debemos aprender puesto que han sido colocados a nuestro alrededor por los Ángeles del Destino cumpliendo una ley de afinidad debido a que parecidos fuimos en vidas anteriores. Nada nos llega por azar, nada es casual, nada es producto de la mala o buena suerte, las cuales no existen. Todo es el resultado de nuestras acciones anteriores pues cada ser humano es el Arquitecto de su propio destino y ni el más pequeño pétalo de una flor cae al suelo sin la Voluntad Divina. Aún en el dolor y el sacrificio, en la angustia y la enfermedad, está la mano de la Justicia Suprema que cobra una antigua deuda. 

Cada error de una vida precedente se reflejará en las futuras siempre y esto es lo que hace que sean tan diferentes todos los individuos, así como las condiciones en que encarnan. 
Cada ser humano recibe lo que merece y lo que necesita para aprender una nueva lección o repasar una mal aprendida en la escuela de la experiencia. Aquellos que reniegan de sus vidas reniegan de sí mismos porque fueron ellos quienes las escogieron. 
Cada fuerza mal empleada a nivel físico, vital, emocional y mental se reflejará en existencias posteriores como un defecto en la construcción de los vehículos o cuerpos con los cuales reencarnará de tal suerte que todas las taras genéticas obedecen a la Ley de Causalidad y, aunque es cierto que son transmitidas por herencia, también lo es el hecho de que previamente elegimos a los padres que las hicieron posibles. Cada parte de nuestros cuerpos representa una fuerza cósmica y funciona gracias a ella. La Astrología esotérica y la Filosofía oculta nos revelan estas correspondencias y arrojan luz acerca de nuestras fallas pasadas y de la manera de corregirlas. Una vez elegida la vida futura, el Espíritu inicia su camino de descenso hacia la materia y se sumerge en las sutiles vibraciones del mundo del Pensamiento Concreto, en la Región de los Arquetipos. Allí, bajo la instrucción y guía de los Señores de la Mente, Arcángeles y Ángeles, trabaja en la modificación de los Arquetipos de sus futuros cuerpos durante un cierto tiempo, después del cual se inicia el verdadero camino de retorno. El Espíritu despierta las fuerzas del Átomo Simiente de la Mente, el cual entra en vibración armónica con el Arquetipo de su cuerpo Mental y se inicia en el Segundo Cielo un proceso de recolección de materiales para el nuevo vehículo, dirigido por la Jerarquía de los Señores de la Mente. El Átomo Simiente se forma por la reorganización de las fuerzas que liberó en otras encarnaciones y ahora atrae hacia sí cierta cantidad de sustancia del mundo del Pensamiento Concreto, que es afín al trabajo desarrollado por el Ego con este vehículo Mental en vidas anteriores, más la experiencia alcanzada en la existencia postmortem. 

El Ego desciende región por región atrayendo material de cada una de ellas como si su Átomo Simiente fuera un imán cuyo poder de atracción depende por entero de la actividad desarrollada por el ser con esta calidad de sustancia. Nadie puede habitar en un cuerpo mejor de aquel que es capaz de construir y al cual tiene derecho por ley kármica. Quienes ejercieron activamente el pensamiento en vidas anteriores podrán construir una mente con gran cantidad de materia mental y quienes apenas aprenden a pensar sólo podrán incorporar poca energía de estas regiones y tendrán mentes pobres y débiles. 

La cantidad y calidad de sustancia de cada región que sea atraída por el Átomo Simiente, condicionará en cierta medida la futura existencia del individuo. Si predomina el material de la cuarta región, la de los Arquetipos mentales, el sujeto se inclinará por el estudio filosófico, esotérico, artístico, abstracto y sublime. Si es más abundante la sustancia de la tercera región, la de los Arquetipos emocionales, habrá tendencia a investigar en asuntos relacionados con las emociones humanas. Si es la segunda región la que aporta más energía, el interés intelectual se enfocará hacia las ciencias que estudian los fenómenos de la vida pues esta región corresponde a los Arquetipos Vitales. Y si predomina la sustancia de la primera región, la de los Arquetipos de la Forma, será el estudio de éstas lo que llame la atención de la persona. 

El material mental es incorporado formando una campana con el Átomo Simiente encerrado en la cúspide. Cada capa se va incorporando en forma sucesiva en el interior a través de la base que permanece abierta. Cuando el individuo ha descendido hasta la región mental más densa, ha terminado de recolectar los materiales de su futura mente y ésta entra en un largo período de gestación que dura varios años, así como el cuerpo denso entra en incubación dentro del vientre de la madre. Una especie de placenta de materia mental rodea el interior y exterior de la campana formada por las diversas capas y, a través de ella, la mente en formación es nutrida por las fuerzas del mundo del pensamiento en un proceso dirigido por el Átomo Simiente. Las fuerzas incorporadas en los Arquetipos impulsan al Espíritu a descender hacia más densas regiones para buscar la cristalización de cada uno de los respectivos cuerpos. El Ego se sumerge luego en el mundo Astral, y la energía arquetípica despierta las fuerzas del Átomo Simiente de su cuerpo Emocional, el cual se integra e inicia un proceso de reconstrucción similar al realizado para la mente y dirigido por los Arcángeles, expertos constructores de cuerpos de Deseos. La calidad de las emociones del Espíritu por nacer dependerá de la estructura de su cuerpo Astral y ésta queda determinada por la cantidad de sustancia emocional incorporada de cada región del mundo del Deseo. La misma ley de atracción de materia rige, de tal manera que sólo podemos construir un vehículo Emocional afín con la cantidad y calidad de emociones trabajadas en vidas y experiencias postmortem anteriores (la Ley de Causa y Efecto opera en todos los planos). En la séptima región Astral se recolecta el material que permite desarrollar poderes espirituales y entrar en contacto con la Divinidad y esto sólo lo harán los Egos más desarrollados. En la sexta región está la sustancia que permite el impulso emocional que nos inclina hacia el Bien, distinguiendo claramente entre lo bueno y lo perverso. En la quinta región está el material que permite vivir más intensamente las experiencias emotivas extrayendo la parte esencial de ellos. En la cuarta región se incorpora el material que da la capacidad verdadera de sentir sin sensiblerías, despertando nuestros sentimientos de interés hacia la vida de todas las cosas. Cuando hay poca materia de esta calidad la persona es apática, indiferente y fría ante los acontecimientos de la vida y pierde el fruto de la experiencia. En las tres regiones inferiores está el material que incita a las bajas pasiones y deseos egoístas. Quienes han alimentado esta forma de sentir, recolectarán aquí gran cantidad de sustancia y muy poca de las anteriores regiones. En mayor o menor cantidad, todos los seres humanos corrientes atraen material de todas las regiones del Astral. 
Sólo las almas avanzadas traen sus cuerpos emocionales libres de sustancia del bajo Astral. La energía o materia de cada nivel se incorpora dentro de la campana previamente formada por la Mente, en forma de capas sucesivas, y una vez el Ego ha descendido a la más densa región se recubren de una especie de placenta Astral a través de la cual el futuro cuerpo Emocional que entra en gestación se nutre de fuerzas del mundo del Deseo. Al entrar en el mundo Físico a través de la región Etérica, el Espíritu lleva sus dos cuerpos superiores en incubación en forma de campana, el Astral al interior y el Mental al exterior de ella. 

A medida que el Ego desciende va perdiendo la claridad de su conciencia espiritual. Cada vehículo incorporado es como una venda que vela la visión de los planos sutiles y la enfoca hacia los planos densos, así que al entrar en la región Etérica, el Espíritu trae muy poca conciencia de su sabiduría espiritual. Allí es dirigido y ayudado por los Ángeles, expertos constructores de cuerpos Vitales. Las fuerzas del Átomo Simiente del cuerpo Etérico despiertan por la resonancia del Arquetipo y se inicia el proceso de reconstrucción del vehículo. El material es tomado bajo la misma ley de atracción ya descrita pero la organización estructural está a cargo de los Ángeles del Destino quienes trabajan directamente en la construcción de este cuerpo ayudado por los Espíritus de la Naturaleza quienes pasan a ser los obreros de tan genial obra. Las Salamandras trabajan en la incorporación del Éter Lumínico, las Sílfides en la del Éter Reflector, las Ondinas trabajan con el Éter de Vida y los Gnomos con el Éter Químico incluyendo a las Hadas en esta labor. Estas criaturas moldean el cuerpo Vital órgano por órgano dirigidos por los Ángeles del Destino, de tal forma que se llegue a un tipo especial de cerebro y sistema nervioso. Los Ángeles Archiveros, quienes custodian las memorias de las vidas de todos los hombres, incorporan en el Éter Reflector del vehículo en formación una impresión que contiene las escenas de los principales acontecimientos de la vida futura, tal como fue escogida y visualizada por el Espíritu en el Tercer Cielo. 

El Ego por nacer hace sobre su cuerpo Vital un pequeño trabajo original y es él quien incorpora la esencia sutil de sus primitivos vehículos etéricos contenida en el Átomo Simiente. 

El cuerpo Vital es el punto de conexión entre los vehículos superiores y el cuerpo Denso, y constituye un vínculo entre las fuerzas arquetípicas y el plano Físico. El Éter Reflector conecta el Arquetipo mental de la cuarta región con el cerebro, permitiendo al Espíritu transmitir el pensamiento hacia el plano físico y obtener la memoria de la vida. El Éter Lumínico conecta el Arquetipo Emocional de la tercera región mental, con el corazón físico permitiendo la producción de calor en la sangre y la percepción a través de los sentidos. El Éter de Vida conecta el Arquetipo Vital, de la segunda región del mundo del Pensamiento, con los órganos sexuales. Este Éter define el sexo del individuo y lo capacita para la procreación. El Éter Químico conecta el Arquetipo de la forma física, de la primera región mental, con el bazo denso permitiendo la entrada del Éter Solar y capacitando al organismo para las funciones de asimilación y excreción. 

Cuando termina la construcción del cuerpo Etérico por los Ángeles del Destino y los Espíritus de la Naturaleza, su Átomo Simiente es conectado con los Átomos Simientes de los otros cuerpos formando el Cordón de Plata. El Cuerpo Vital es rodeado por una placenta de sustancia etérica y entra en gestación siendo nutrido por fuerzas etéricas y estando cubierto por la campana de los cuerpos de Deseos y Mental. La cantidad de cada éter incorporado depende del uso de ciertas energías en vidas anteriores. Durante la existencia física, la abundancia en las comidas exige mucho Éter Químico, el cual se consume en los procesos de asimilación y excreción y debe ser repuesto continuamente, en detrimento de los demás éteres. El hombre que utilice mucha fuerza sexual gastará mucho Éter de Vida el cual debe ser tomado del plano Etérico pero disminuyendo la cantidad de éteres superiores. Por lo contrario, el que desarrolla su vida emocional cultivando nobles sentimientos y su vida intelectual sembrando elevados ideales, recibirá grandes cantidades de éteres Lumínico y Reflector, disminuyendo los inferiores y perdiendo apetito por las comidas copiosas y los placeres sexuales, pero ganando la capacidad de permitir una clara expresión del Espíritu a través de sus facultades mentales y de una correcta percepción. El cuerpo Vital registra en la memoria del Éter Reflector el uso de cada uno de los éteres y ésta es incorporada al Átomo Simiente despertando en el momento de la construcción del vehículo en cada existencia antenatal y determinando la afinidad por los diferentes materiales etéricos. 

El cuerpo Vital en incubación, junto con los vehículos de Deseos y Mental, son colocados dentro de la matriz de la futura madre mucho antes de que ocurra la fecundación biológica en el cuerpo Denso. 

En una fecha oportuna, calculada de acuerdo con ciertas posiciones planetarias, el Átomo Simiente del cuerpo Físico es colocado en la cabeza de uno de los espermatozoides del futuro padre. Tal fecha coincide con el ciclo astrológico de fecundación en la madre y en el 
padre, y favorece cósmicamente la unión de éstos para que se lleve a cabo el contacto entre el espermatozoide que porta el Átomo Simiente y el óvulo de la madre que está conectado con la fuerza vibratoria del Átomo Simiente del cuerpo Etérico. Cuando esto sucede, el Arquetipo de la Forma en el mundo mental pone en actividad las fuerzas del Átomo Simiente del vehículo Denso y tiene lugar el comienzo del proceso biológico de fecundación, construcción e incubación del cuerpo Denso. Para esta obra es utilizado el material genético de los progenitores, el cual es debidamente combinado y activado. Este es un proceso sabiamente dirigido y no solamente un acontecimiento biológico favorecido por el azar. 

A partir de materiales del cuerpo de la madre, el núcleo formado incorpora sustancia de las tres regiones del mundo Físico, de acuerdo con la afinidad kármica por cierta cantidad y calidad, y en concordancia con el molde del cuerpo Etérico, el cual constituye la verdadera matriz cristalizante. Así como el hielo se forma por densificación de moléculas de agua en torno a ciertas líneas de fuerza invisibles, así mismo el cuerpo Denso es moldeado órgano por órgano en torno a las líneas de fuerza del cuerpo Vital. El cuerpo Físico también es rodeado por una placenta de materia a través de la cual se nutre de materiales físicos, entrando en incubación por un período aproximado de diez meses lunares. 

Después de la fecundación, el Ego entra al cuerpo de la madre en un tiempo comprendido entre los dieciocho a veintiún días de la gestación, durante los cuales las energías de la mujer actúan sobre él iniciando la obra de construcción del futuro vehículo. Es allí, cuando el Espíritu desciende realmente al plano Físico, donde su grado de conciencia de los planos sutiles es mínimo y su conciencia de vigilia en el plano denso es máxima. Otro velo cae entonces sobre él y toda su grandiosa sabiduría permanece latente en la Supra-conciencia. Es por esto por lo que realmente es poco el trabajo que el Ego puede hacer sobre su cuerpo Físico si bien él mismo fue quien construyó el Arquetipo que permite su cristalización. Al tiempo de penetrar al mundo de las formas dentro del cuerpo de la madre, el espíritu se introduce en su envoltura física y, a través de la cabeza del Cuerpo Etérico, absorbe los vehículos superiores que estaban rodeándolo en forma de campana, la cual se cierra entonces por su base. El espíritu incuba desde allí sus cuerpos hasta el respectivo nacimiento. Los Espíritus de la Naturaleza y las Fuerzas Arquetípicas del plano mental regulan las líneas energéticas que permiten la cristalización de cada parte del organismo. El momento de la conformación de las diversas estructuras físicas está regulado por fuerzas cósmicas ya que los seres espirituales que ayudan en el proceso trabajan con la armonía celeste. El movimiento de los planetas, el Sol y la Luna en el espacio, produce la armonía de las esferas y bajo este ritmo trabajan los constructores de la forma. En cada instante una nueva configuración astrológica tiene lugar y ésta marca una combinación diferente de las fuerzas áuricas de los Espíritus Planetarios, una nueva angulación de sus poderosos rayos, los cuales van moldeando el templo del Ego bajo el ritmo de una sinfonía cósmica inaudible para el oído del profano. 

La Luna ejerce una poderosa fuerza cristalizante y es para el hombre el segundero del reloj que marca la construcción de cada parte del cuerpo y la realización de cada acto en la vida física. 
El proceso de la gestación es una recapitulación a gran velocidad del proceso de evolución del cuerpo Denso del hombre durante los cientos de miles de millones de años. Los primeros órganos que se desarrollaron hace largas edades son los primeros en aparecer en el feto y los últimos en consolidarse son la más reciente adquisición en la espiral evolutiva. Los Espíritus de la Naturaleza vienen a ser los obreros de la obra, y a través de su trabajo sobre las fuerzas etéricas de cristalización actúan en forma indirecta sobre la materia. Los Gnomos se relacionan con los sólidos que se incorporan al cuerpo, y especialmente con las partes más cristalizadas como los huesos. Las Ondinas trabajan sobre los líquidos, las Sílfides sobre los gases y las Salamandras sobre el llamado fuego espíritu-espinal que fluye dentro de la columna vertebral, el cual permite la vida en el plano Físico y sobre el cual se recibe el impacto vibracional de resonancia del Arquetipo del cuerpo Denso. Un sonido, una octava inferior al sonido cósmico del plano mental, resuena allí y hace vibrar como un diapasón a todas las células del cuerpo para mantener la estructura. También actúan las Salamandras en los procesos de combustión de energías internas para la generación del calor de la sangre, la cual es la que finalmente lleva la vitalidad a cada órgano. 

Cuando el Ego entra al interior de sus vehículos, a los dieciocho a veintiún días de la fecundación, al atravesar la barrera de su cuerpo Etérico, ve en el Éter Reflector el panorama de su vida futura que ha sido impreso allí por los Ángeles del Destino. Este momento es de singular importancia para el Espíritu ya que allí la memoria supra consciente no está a su alcance y el velo de la carne le impide comprender con sabiduría el porqué de cada acontecimiento. El Espíritu recibe un fuerte impacto y resulta que en ocasiones algunos Egos se resisten a afrontar la existencia que vislumbran por parecerles dura y causan grandes daños a la estructura general de los cuerpos al tratar de huir y desconectarse del plano Físico, lo cual ya no es posible. Lo único que se logra es una desconexión parcial o total entre los vehículos, con desastrosas consecuencias. 

Si se rompe la conexión entre el Espíritu y los cuerpos, éstos tenderán a obrar por sí solos 
durante la vida física y el individuo será solamente un desequilibrado con inteligencia. Muchos de los autores intelectuales de grandes crímenes corresponden a esta clase. Si la estructura se rompe entre los vehículos Mental y Astral, el sujeto puede llegar a convertirse en un loco furioso, alguien sin control sobre las emociones, las cuales no pueden ser refrenadas por la Mente. Si la ruptura ocurre entre los cuerpos Emocional y Etérico, el individuo será alguien sin incentivo para la acción, uno que vegeta realmente. 

Si la ruptura sucede entre los cuerpos Vital y Físico, el resultado será una existencia vegetal. La desconexión entre los diferentes vehículos a que nos hemos referido se trata más bien de un desencajonamiento de los cuerpos, los cuales están unidos en ciertas partes especiales, pues realmente los cuerpos siempre permanecen conectados por el Cordón de Plata que va de un Átomo Simiente al otro punto. Muchos casos de enfermedad, idiotez, manía o locura tienen sus raíces en los varios intentos de muchos Egos por escapar a una dura existencia física. 

Si la madre decide abortar todo el plan se habrá ido por tierra. Todo el trabajo de muchas Jerarquías será echado a pique. Toda la sabiduría empleada en el proceso habrá sido pisoteada por quien comete tan horrible crimen. El Ego tendrá que volver al mundo del Deseo y estará allí en la misma condición que los niños que mueren antes de los catorce años. Deberá esperar una nueva oportunidad, un nuevo acuerdo con los Señores del Destino, un cambio en el panorama de la vida, y una nueva reconstrucción del cuerpo Etérico. Todo deberá ser rehecho. El acto cometido por la mujer será tenido en cuenta en los planos sutiles y en una próxima ocasión, cuando ella desee engendrar, muy pocos Egos desearán encarnar allí, lo cual resultará muy seguramente en un caso de esterilidad. Igual le sucederá al padre que consintió o forzó el aborto y tal vez al médico Inconsciente que lo practicó, si bien parece que a éste le irá peor por colocar su conocimiento al servicio del crimen. A veces ocurren sin embargo abortos espontáneos. Algunos lo son realmente en tanto que otros lo son aparentemente pues obedecen a descuidos conscientes durante la gestación o al rechazo generado al conocer la noticia del embarazo. Los verdaderos abortos espontáneos ocurren porque algunos Espíritus necesitan venir a la existencia física únicamente a construir un nuevo cuerpo Vital donde les sean impresas, por los Ángeles compasivos, las experiencias que perdieron de sus pasadas vidas de acuerdo con las circunstancias ya expuestas en otra parte de esta obra. En tales casos, el sufrimiento causado a la madre por la aparente pérdida de su hijo está de acuerdo con la Ley de Consecuencia. En muchos de estos casos las madres fueron conscientes en otras vidas de abortos voluntarios o de crímenes. A través de esta experiencia aprenden a apreciar el valor de una vida humana. 

Si todo transcurre normalmente llegará el día del nacimiento del cuerpo físico, lo cual es un acontecimiento verdaderamente maravilloso para todo aquel que pueda verlo desde los planos internos. A la entrada a la existencia, un ser humano respira por primera vez en un momento cósmico exacto, marcado por determinada configuración en las posiciones planetarias. A tal hecho concurren todas las Jerarquías que hicieron posible la culminación de la obra: Señores de la Forma, Señores de la Mente, Arcángeles, Ángeles, Espíritus Celestes y Espíritus de la Naturaleza, quienes acuden al magno acontecimiento y envuelven con sus auras y sutiles vibraciones al neonato. 

Los planetas visibles son los cuerpos físicos de seres espirituales de alta Jerarquía (Los Siete Espíritus ante el trono de Dios), y los planos sutiles denominados región Etérica. mundo Astral y mundo del Pensamiento, no son otra cosa que los gigantescos cuerpos Etéricos, Astrales y Mentales de tales seres, cuyas auras se expanden a miles de kilómetros en el espacio, bañándolo con sus poderosas irradiaciones, las cuales influencian a todos los seres a quienes llegan. El ángulo del rayo es el que determina tal influencia y ciertas configuraciones angulares predisponen a tendencias específicas en los seres humanos. 

Al momento de respirar por vez primera, lo cual sigue al nacimiento, una gigantesca implosión de fuerzas cósmicas es vista en el aura del recién nacido. Es un espectáculo fantástico y multicolor. Todas estas fuerzas plasmadas en el Éter en el momento exacto, son inyectadas en la sangre, al tiempo que dejan una impresión indeleble en el Éter Reflector del Cuerpo Vital. Tal impacto de fuerzas cósmicas impelentes coincide con los registros panorámicos de la vida que viene y que fueron plasmados por los Ángeles del Destino. Estas fuerzas planetarias establecen así un punto de contacto con el aura del individuo que sirve para impulsarlo día tras día en ciertas direcciones, en armonía con el plan trazado, convirtiéndose así en ejecutores del Destino. Las Fuerzas Planetarias son la garantía de la Ley del Karma. Sin embargo, es necesario comprender que ellas nunca obligan si bien impelen. Es la Ley de Consecuencia operando continuamente y son las fuerzas puestas en acción en vidas precedentes y que todavía no están ajustadas, las que comienzan a actuar en el niño. Todos los antiguos enemigos aparecen en el escenario de la vida para que el Espíritu cancele sus deudas y los convierta en aliados, y todos los antiguos amigos se presentan para colaborar en un trabajo conjunto de evolución. La Ley de Causalidad enseña al hombre la responsabilidad inherente a cada acto y le muestra cómo cada fuerza generada o movida por él, trae su correspondiente efecto. No es una ley que castiga sino una ley que enseña. Sin embargo, durante la existencia física está en constante acción el principio del libre albedrío. Esta es una cualidad denominada ocultamente Epigénesis y que da al hombre el poder de generar continuamente un número ilimitado de causas nuevas que no están determinadas por los actos del pasado. Así, aunque las fuerzas planetarias impelen a actuar en cierta dirección, el ejercicio de la voluntad humana para trabajar en unión con las fuerzas cósmicas hace posible el dominar las influencias planetarias y dirigir sus energías. 

La Astrología Espiritual es una ciencia que permite conocer las fuerzas internas del hombre y el trabajo espiritual de cada vida, ya que un ser humano nace cuando la posición de los cuerpos celestes de nuestro Sistema Solar le brindan las condiciones necesarias a su experiencia evolutiva. No tenemos cierto destino por haber nacido en un momento determinado sino que nacemos en tal momento debido al destino generado en nuestras pasadas encarnaciones. Este conocimiento hace posible el llegar a descubrir las fuerzas generadas, tanto el Karma como el Darma, así como la manera de trascenderlo y aprovecharlo. Sin embargo, aunque se conozcan las tendencias a actuar de un individuo y aunque se sabe que las influencias planetarias no pueden ser dominadas a menos que sean trascendidas, no es posible predecir con exactitud toda la vida de un individuo como pretenden hacerlo aquellos que han prostituido la ciencia astrológica convirtiéndola en una astromancia, pues el ejercicio de la Epigénesis o libre albedrío hace que un  hombre tenga en sus manos el poder de modificar su destino, ya  sea porque decide aplicar la poderosa energía de su voluntad para transmutar el mal generado en el pasado a través del servicio amoroso y desinteresado a la humanidad o porque el llamado de su naturaleza inferior lo lleva por caminos más oscuros que el del plan previsto. 

Siendo el nacimiento la culminación del ciclo de la existencia postmortem es apenas el comienzo del maravilloso ciclo vital cuyodesarrollo está demarcado por ciertas etapas claves para la evolución espiritual. La primera respiración marca sólo el comienzo del primer día en la escuela de la experiencia. 

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del libro  "El Misterio de la Vida:  Antes y después de la muerte"
José Vicente Ortiz Zárate

digitalizado por JMF12-2-15
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