domingo, 11 de octubre de 2015

El Mensaje Reencontrado - LIBRO XIII


LIBRO XIII

¡Maldito sea el hombre que confía en el
hombre! ¡Bendito sea el hombre que
confía en Dios!
JEREMÍAS

No apaguéis el Espíritu, no despreciéis
las profecías, probad todas las cosas y
retened lo que es bueno.
PABLO

VUE... ET RIEN 
EL MEDIO
1. El que habla afuera permanece en la
ignorancia. El que calla adentro habita con
la Sabiduría.
1'. No abandones a tu Dios y él no te
dejará, y seréis en uno siempre.
2. La identificación con Dios engendra la
potencia y la libertad perfectas.
2'. La iluminación transfigura a quien se
vuelve vacío después de haber buscado
mucho tiempo.
3. El conquistador de los tres mundos
reposará para siempre en el mar
translúcido del comienzo de los
comienzos.
3'. He hecho de mi oración una ausencia y
de mi alabanza un pasmo. ¡Ay! ¿Cuándo
podré hacer una muerte de mi amor,
a fin de ser restablecido en tu vida
imperecedera?
4. La pacificación de todo el ser es lo que
conduce a la visión interior y a la unión
divina.
4'. Lloremos por estar tan llenos del
mundo y tan vacíos del Único.
5. La contemplación de la unidad primera
y última es lo que engendra la unión y la
paz verdaderas.
5'. Estamos todos en Dios, pero pocos lo
saben y apenas algunos lo experimentan
en este mundo.
6. Esperemos su presencia noche y día sin
cansarnos jamás, pues cuando estemos
maduros caeremos por nosotros mismos
en sus brazos.
6'. Todos nuestros pensamientos y todos
nuestros actos son ineptos o mentirosos. El
Sabio lo sabe, el santo lo cree, el poeta lo
sospecha algunas veces.
7. Si amamos verdaderamente a Dios,
rechacemos todo lo que no es él a fin de
que se manifieste en nosotros sin trabas.
Olvidemos sectas y sectarios, ciencias y
sabios, leyes y juristas, patrias y políticos,
esclavos y amos, y sirvamos sólo a nuestra
paz interior, tomando únicamente consejo
de nuestra conciencia profunda.
7'. En la fe y en la paciencia es donde la
Madre es encontrada, y actúa enseguida.
Ella es quien libera y cura. El agua del
cielo hace germinar la tierra, pero todos
permanecen sordos y ciegos ante el
milagro de Dios, pues se creen más
inteligentes y sabios que el creador de los
mundos innumerables.
8. Dejemos ir y venir la vida, pues es
movimiento y cambio; quien la habita no
varía.
8'. El que se endurece en el combate,
¿cómo hará después para ser penetrado
por el amor?
9. No seamos demasiado escrupulosos con
lo que nos viene a fin de tampoco serlo
demasiado con lo que nos abandona.
9'. Un ladrón que da está más cerca de
Dios que un justo que conserva lo que ha
recibido.
10. Ningún ignorante podría blasfemar el
Nombre de Dios, pues nadie lo conoce
salvo aquel que ya vive la eternidad.
10'. No hay nada trágico en el mundo,
excepto la idea que nos hacemos de las
cosas del mundo.
11. Meditemos en Dios y su luz al salir de
la noche y pensemos en ellos al entrar en
ésta a fin de que no se rompa el lazo entre
nosotros y él.
11'. Amemos sin otra esperanza que el
amor, el conocimiento y el reposo en la
paz del Perfecto.
12. Él juega a asustarnos en el mundo,
pero cuando despertamos en él, ríe con
nosotros de nuestras visiones delirantes.
12'. El desdoblamiento infinito del Único
es lo que hace la creación, y la reunión de
las partes es lo que hace el reposo.
13. Abandonemos nuestros derechos y
nuestras posesiones y seremos liberados
de nuestros deberes y de nuestras cargas.
13'. Quien dice: «Dios no existe» afirma la
realidad de la creación.
14. Dejemos a Dios hablar y actuar en
nuestro lugar y no nos ocupemos del
resultado.
14'. Interroguemos al Señor en cualquier
circunstancia y conoceremos la verdad
acerca de todo.
15. No nos confiemos a nada ni a nadie
salvo a Dios y no seremos desgarrados por
nada ni nadie, pues el Señor es el único
que no decepciona a los que se le
entregan.
15'. No nos hagamos preguntas, antes
bien, interroguémosle. Así, lo que
deseamos no nos estorbará, sino que
realizaremos lo que nos es útil.
16. Enséñanos las plegarias vigorosas
como el celo del amor.
- Danos los impulsos que llevarán
nuestras almas más allá del abismo.
- Cántanos el NOMBRE que fuerza las
puertas de la muerte.
- Nútrenos con la esencia que arrastra el
oro vivo.
- Ofrécenos el sol redentor de nuestras
vidas extraviadas.
16'. Cuando nuestra razón, nuestra
voluntad y nuestra inteligencia sean
aniquiladas por la duración y por la
violencia de nuestra búsqueda, la
inocencia, la gracia y el amor nos
entregarán entonces el secreto tan buscado
del Único Esplendor.
«¡Oh, pobre idiota!, basta con que calles
y dejes de agitarte para que el Perfecto te
anime de nuevo en tu perfección primera».
17. La peor holgazanería es desesperar de
Dios y de uno mismo.
17'. Prospectemos nuestro corazón y
seremos iluminados por nuestra propia
luz.
18. En vano intentaremos creer, ver e
incluso tocar; si no poseemos la
Madre eterna y el Padre divino jamás
alcanzaremos al Hijo santo.
18'. La virtud del león domado prevalece
sobre la dulzura natural del cordero y,
ambos reunidos, engendran la perfección
del Señor último.
19. La imantación del amor se comunica a
los que son lo bastante puros como para
darle paso. Así, de imantados se vuelven
imanes a su vez y la cadena de la
reintegración que se forma en el mundo se
funde en Dios.
19'. Nuestra curiosidad por el Señor es una
gracia ignorada, pero nuestro amor por él
es una bendición confirmada.
La puerta y la llave.
«¡Oh, santa luz que brilla en la gruta
misteriosa de Adán!»
20. La aventura extraordinaria no es
realizar acciones peligrosas en países
extraños. Es, más bien, buscar a la Madre
y al Padre divinos ocultos tras la banalidad
aparente de las cosas de este mundo.
20'. Hay pocos creyentes en el mundo que
realmente estén asqueados por la lepra que
les recubre y envenena cada día más. Todo
lo que se piense y todo lo que se diga de
ellos no añadirá ni quitará nada a lo que
realmente son.
21. Cuando el mundo juzgue nuestra
paciencia como una estupidez, nuestra fe
cono una idiotez y nuestro amor como una
locura, estaremos cerca de la perfección.
21'. Nuestra rebeldía contra el mundo
corresponde a la condena de nuestro
propio extravío, pero pocos saben esto.
22. Sabremos que estamos preparados
para la búsqueda divina cuando estemos
cansados de huir de nosotros mismos,
cansados de apasionarnos, cansados de
mentirnos, cansados de extraviarnos,
cansados de rebelarnos, cansados de
distraernos, de agitarnos y dispersarnos en
el mundo.
Entonces ya no consideraremos el lugar
que ocupamos aquí abajo, sino más bien el
vació o la plenitud de nuestros corazones,
que es lo único que importa. Entonces,
la fe estará en nosotros como la
sobreabundancia de las potencias de la
vida divina que desborda nuestros
estrechos límites bajo el empuje
irresistible del amor.
22'. Construye tu casa, cultiva tu jardín,
teje tu vestido, cose tu calzado, corta tu
leña, haz tu pan, entierra al muerto, riega
la tierra, ayuda a la mujer a dar a luz, cría
al niño. Pon mano una vez en estas cosas y
medita sobre el comienzo y el fin del
mundo medio, para conocer el inicio del
mundo inferior que se une a la perfección
del mundo superior. Así, te acordarás de
dónde vienes, comprenderás dónde estás y
sabrás a dónde vas, y la liberación de la
paz habitará en ti para siempre.


23. Pocos hombres se hacen dignos del
don de Dios, que es la libertad del ser en la
vida eterna; por eso tantas criaturas se
debaten o languidecen en las trabas de la
muerte. Hagamos, pues, de nuestra vida
una perpetua acción de gracias y sepamos
que todo lo que imaginamos y nombramos
con fe y amor es realizado en el cielo y
pronto será manifestado sobre la tierra.
23'. Es absolutamente necesario que los
astutos, los orgullosos y los violentos
experimenten lo absurdo de sus sistemas.
Por desgracia, esto se hace primero a costa
de los inocentes antes de volverse contra
ellos. Cesemos, pues, de ser tan
inteligentes en el mundo a fin de
volvernos cada vez más sencillos en Dios.
«El peor engaño es tener las manos
limpias y el corazón sucio».
24. Cada uno de nosotros debe soportar
hasta el final sin recriminar la carga que
ha escogido hundiéndose en las tinieblas
exteriores. Pues la germinación solitaria es
lo que separa el buen grano y prepara la
cosecha fructífera.
24'. Cuando nos sintamos tentados más
allá de nuestras fuerzas, de nuestra
inteligencia o de nuestro amor, oremos en
nosotros mismos para que el rebelde se
someta y vuelva a Dios como un hijo
pródigo acogido e introducido por el amor
maternal.
25. Odiando y condenando a los que están
extraviados, los hundimos en el error.
Amándoles sin juzgarlos, les ayudamos a
salir del caos de la muerte.
25'. Ejercitémonos en practicar las
virtudes opuestas a los vicios que tanto
nos repugnan en los demás. Así, el mal
visible servirá para conducirnos al bien
oculto.
26. Incluso los que saben que se flota
sobre el mar sin moverse no se atreven a
lanzarse desnudos en Dios.
26'. Primero romper las barreras de dentro
para llegar a ser uno en sí mismo y, en
segundo lugar, romper las de fuera para
ser hecho uno en la totalidad del Ser.
27. Actuemos gratuitamente lo más a
menudo posible a fin de no caer en las
trampas de la apariencia de los números y
de las cuentas.
27'. Intentemos adquirir el desapego de las
formas temporales a fin de alcanzar el
conocimiento de dentro, que nos hará
gozar plenamente de la vida oculta.
28. La mugre extrínseca y la substancia
intrínseca del Universo son increadas,
infinitas y contienen a aquel que sólo
puede ser nombrado por el silencio. Pero
las formas emanadas del centro secreto
son creadas, finitas y temporales en el
mundo mixto.
28'. Todas las olas de la creación pasan
y desaparecen, pero el mar del gran
mundo y aquel que lo anima subsisten
eternamente.
«El colmo del reposo desemboca en el
acto creador, el colmo del movimiento
conduce al reposo regenerador».

29. No nos conmovamos por nada, pero
estemos atentos a todo lo que sobreviene
al mundo y a nosotros mismos, a fin de
aprender a distinguir la realidad divina de
las apariencias de la creación mezclada.
29'. Roguemos a Dios en nosotros mismos
para reconocer el medio que permite
descubrir la substancia oculta bajo la
costra de la tierra extranjera.
30. Si no encontramos al maestro,
volvámonos el maestro liberando a nuestro
Dios dentro y fuera de nosotros mismos.
30'. Conversemos únicamente con nuestra
alma, ella nos enseñará todo lo que
deseemos conocer.
31. El amor santo se ríe de los sistemas,
de los métodos, de las lógicas, de las
complicaciones e incluso de la muerte;
pues franquea del mismo modo locura y
razón, tinieblas y luz, para fijarse en la paz
del Único.
31'. La amada se somete al deseo del
amante y el amante realiza el deseo de la
amada.
Así, manifiestan la unidad del amor
perfecto.
32. No acusemos a nadie de las
dificultades que sobrevienen, aunque sólo
sea para no aumentarlas inútilmente.
Permanezcamos lo más posible en el
reposo y en el silencio de Dios hasta
no ser más que uno con el Uno; así,
gobernaremos fácilmente a los seres y las
cosas del mundo total sin violentar nada.
El Sabio y el santo son los únicos
verdaderamente asqueados por la mugre
del inmundo; el primero la separa y la
rechaza aquí abajo, el segundo espera
pacientemente con ella hasta el tiempo del
juicio general.
32'. Nuestra luz se separa por sí misma de
las tinieblas que la aprisionan. Basta con
que no la obstaculicemos con nuestra
agitación en el mundo y nuestra voluntad
particular, que se oponen a la decantación
secreta del caos del abismo; pues la
sabiduría es como nuestra unión íntima
con la esencia y con la substancia
primeras, que forman el soporte
indestructible de la creación cambiante.
«Hay una carne sobre el hueso, pero hay
una carne mucho más preciosa dentro del
hueso, y en esta carne preciosa hay
también un núcleo muy secreto y muy
santo».
33. Cuando sepamos permanecer ausentes
de nosotros mismos hasta el punto que
Dios nos pueda llenar por entero, todo nos
será posible sin esfuerzo ni pena.
33'. Cuando hayamos pacificado y
clarificado lo de dentro, lo de fuera nos
obedecerá del mismo modo y nos parecerá
igualmente lúcido.
34. Consideremos en nosotros mismos
y en cada uno de los seres la imagen
sepultada del Señor a fin de amarlo todo
según la realidad de la vida, en lugar de
odiar según las apariencias de la muerte.
34'. Por su alabanza íntima los santos
producen una armonía que alegra toda la
creación, pero por su operación secreta,
los Sabios colaboran en la reintegración
del Universo en Dios.
35. Mil pequeñas simplificaciones de mil
pequeños problemas hacen una vida llena
de luz.
35'. El amor hacia todos los seres
engendra la clarividencia y la paz para uno
mismo.
36. La verdadera perspicacia es descubrir
a Dios bajo su vestidura de luz, después de
haber descubierto la vida bajo su envoltura
de tinieblas.
36'. Cuando creamos haberlo visto, sólo
habremos vislumbrado la sombra de
su ropaje, y cuando pensemos haberlo
tocado, sólo habremos rozado el polvo de
sus pasos.
37. Obtendremos del Señor todo lo que le
pidamos. Pongamos, pues, mucho cuidado
en lo que escogemos para no quedar
ridículamente por debajo del don de Dios.
37'. Quien penetra el conocimiento se
arriesga a la muerte, a la locura o a la
ceguera, pero si vuelve a salir indemne,
protegido por el amor, Dios lo establece
en su eternidad y en su realeza.
38. La ignorancia es como la fuerza afuera
y como la debilidad adentro. La santidad
es como la debilidad afuera y como la
fuerza adentro. La sabiduría es como la
fuerza adentro y afuera y, algunas veces,
también como la debilidad afuera y
adentro; es decir, como Dios en la santa
ignorancia del amor, que se guarda o se
pierde según le place.
«¡Oh, misterio de la elección y del don
del Único!»
38'. El que lea hasta el final el Libro de los
contrarios y sepa unirlos en el NOMBRE
único, doble, cuádruple y óctuple parecerá
Sabio a los Sabios, santo a los santos y
loco a los locos.
Así, muchos han disertado
magníficamente acerca de Dios, de sus
atributos y de su creación, pero ¿cuántos
han entrevisto la orla de su manto y
cuántos han besado la huella de sus pasos?
Pero ¿cuántos, entonces, han contemplado
el esplendor de su cuerpo y cuántos, ¡oh,
estupor!, han saboreado las delicias de su
corazón?
39. Cuando veamos a nuestro
enemigo abatido y pidiendo socorro,
apresurémonos en ayudarle, pues es la
ocasión única que se nos ofrece para hacer
de él un amigo. Mientras tanto, recemos
en nosotros mismos por su conversión, así
pronto nos dejará en paz.
39'. La maldición de Dios es como ignorar
o devolver su bendición. Así, jamás es
él quien condena, sino nosotros que
permanecemos estúpida y orgullosamente
sepultados en la soledad de la muerte.
40. Cuando lo hayamos separado,
clasificado, etiquetado y disecado todo,
finalmente deberemos reunirlo y unificarlo
todo en la vida, so pena de permanecer
sellados en la letra y en el número de la
muerte.
40'. El que puede unir a la penetración del
espíritu el impulso del corazón y la pureza
de la vida no conocerá la duda, ni el
desespero, ni la muerte; pues Dios le dará
de beber en el manantial de los vivos.
41. En este mundo, todo son vestiduras
que nos aíslan y posesiones que nos
encadenan. Por esto, es preciso que nos
volvamos desnudos y pobres para penetrar
sin obstáculos en el seno de la Madre
eterna, donde reposa el secreto viviente
eterna, donde reposa el secreto viviente
del Único.
                                                                                                   
41'. Todos poseemos la misma luz, pero
está más o menos velada y reducida según
el espesor de las cortezas tenebrosas que
nos separan del imán primero. Pero la vida
encarnada decanta e ilumina al hombre
atento y reposado.


42. El amor más directo y desnudo da
la paz. El alimento más simple y mejor
preparado da la salud. El conocimiento
más humilde y unificado da la riqueza.
42'. Abstengámonos de soñar el mundo en
el mundo y por el mundo si queremos
palpar la verdad del Único.
«No hay vacío universal. No hay más
que un lleno total, pero es un lleno
translúcido que hace creer en el vacío».
43. Si cada uno se simplificara sin esperar
que empiece el vecino, toda la humanidad
pronto resplandecería de hermosura y de
santidad.
43'. Meditar es cocer suavemente el
cuerpo y el espíritu hasta la glorificación
del alma.
44. Quien se abre por completo al amor ya
no está sujeto a la enseñanza del absurdo.
44'. Quienes saben separar pero no han
aprendido a unir, jamás reposarán en la
unidad de la esencia oculta.
45. Todas las cosas creadas sirven de
vehículos para volver a subir al manantial
o para alejarse de él. Abandonémoslas de
buen grado en cada etapa del viaje divino.
45'. Sólo en la soledad, en medio de la
desgracia y en la hora de la muerte es
cuando mediremos la seguridad de nuestra
fe y la pureza de nuestro amor en Dios.
46. La inteligencia de los alimentos
corporales y la de los alimentos
espirituales no es tan sólo escoger bien lo
que nos conviene, sino también rechazar
lo que no nos conviene a fin de conservar
únicamente en nosotros este bálsamo que
mantiene y perfecciona el cuerpo y el
espíritu, hasta la glorificación del alma en
el Señor maravilloso.
46'. La dulce y larga meditación es lo que
vuelve todas las cosas fijas y perfectas,
pues separa al comienzo para unir mejor al
final. Así pues, volviéndonos sencillos y
desnudos es como veremos Uno en todo y
Todo en Uno.
La buena voluntad en Dios utiliza lo
mejor posible todo lo que se presenta, pero
no desea nada. Es como la atención muy
sostenida en medio de la más perfecta
quietud.
46". «Los elegidos subirán a habitar el sol
de vida. Los réprobos descenderán a
habitar la piedra muerta». Esto no es una
fábula.
47. La paz del Sabio es como la
unificación de los tres mundos; es una
reintegración particular de la creación; es
el reposo de las formas en el centro de la
esencia pacificada, y no su destrucción.
47'. Si el mundo nos trastorna es porque ya
no estamos en Dios. En efecto, nada puede
coaccionar a quien se baña en la luz del
comienzo y del fin de los tiempos.
48. Quienes por el amor y el conocimiento
enseñan la vía del retorno al Único son
Sabios entre los santos, pero los que
penetran el secreto del Señor por el
silencio de la adoración son santos entre
los Sabios.
Así, los bienes de la tierra por los
asuntos terrestres, los bienes del cielo por
el trato celeste, pero Dios por Dios
solamente.
48'. Las palabras del Libro no son nada, es
la luz palpable del Único que lo es todo.
Cuando la poseamos en nuestra cabeza, en
nuestro corazón y en nuestras manos, ya
no necesitaremos la enseñanza, ni el
consuelo, ni el trabajo, ni los cuidados de
nadie, pues el Señor en persona es quien
estará en nosotros y nos hará vivir en él.
49. Hay el Ser, hay el acto, hay el reposo y
hay todos los que intentan explicar lo uno
o lo otro porque no están en esta unidad
que se basta a sí misma.
49'. El verbo es lo que diversifica la
substancia primera, y el silencio es lo que
la unifica de nuevo. Así, el arte que da la
forma a la materia es una noble función
del hombre, ya que le aproxima a su
creador.
50. En la creación, todo son préstamos
y restituciones. Así, después de haber
devuelto nuestros cuerpos a la tierra y
nuestros espíritus al cielo, al final también
tendremos que devolver nuestras almas a
Dios, que lo reunirá todo para la pureza o
para la inmundicia en el día del juicio.
50'. Dios es quien crea y anima las formas,
y la naturaleza es quien las mantiene y las
multiplica hasta el tiempo del retorno a su
manantial inicial.
51. Todos los misterios están contenidos
en el sudor de la tierra y en el rocío del
cielo.
51'. El pájaro divino anida en el polvo de
la tierra de los hombres.
52. Únicamente el Sabio no se disfraza ni
por fuera ni por dentro, pues sabe que el
manto de la sombra protege naturalmente
la luz del Señor.
52'. El nacimiento del mundo es como la
expansión del Único. El fin de la creación
será como el reposo del UNO.
53. El fuego divino es lo que manifiesta la
luz santa y propulsa las formas en la vida,
y cuando algo se extravía en la muerte,
sigue siendo él quien lo libera.
53'. Las obras de los hombres se han
convertido en una tentación formidable
para los que no se dan cuenta de que sólo
contienen la muerte.
54. Cada sacerdote, cada jefe, cada juez,
cada legislador, debe experimentar la
condición humana de los más humildes
para conocer las necesidades de cada cual
a fin de mantener vivos el amor, la justicia
y la paz entre los hijos de los hombres.
54'. Al comienzo, nuestra curiosidad
indiscreta nos costó la libertad del cielo;
ahora, nuestra ciencia exterior bien podría
quitarnos lo que nos queda de vida en este
mundo.
«El Señor reserva sus mayores dones
para aquellos de entre sus hijos que
soportan riendo los reveses del mundo».

55. La locura de la sabiduría y de la
santidad es ya no tomar en serio los
espejismos del mundo; es aceptar los
salivazos y dar las gracias porque lavan, y
recibir los golpes con agradecimiento
porque abren; es respetar el barro y
clavetearse las sandalias con el oro; es
sonreír frente al absurdo y enseñar a los
demás a llorar por ello. Es presentir, más
allá de toda razón, la libertad perfecta y el
reposo absoluto en el seno luminoso del
Único.
55'. Soportar las injusticias, injurias y
vejaciones personales no impide contestar
a las que se hacen a los débiles y a los
santos.
«El tentador y el tentado se reunirán un
día en el que tienta, como el amante y la
amada subsistirán finalmente en el
Amen».
«Sólo oímos el eco de tu voz, sólo
percibimos el reflejo de tu claridad, y
henos aquí del todo estupefactos, cegados
y sin fuerzas ante tu grandeza».
56. Nuestro Dios es quien debemos liberar
adentro y no rogar al de los demás afuera.
«El centro del centro».
56'. Aprendamos a obrar bien con nuestro
corazón, después con nuestro espíritu
y, finalmente, con nuestras manos; y
permanezcamos silenciosos y en reposo
hasta el tiempo de la unión.
57. Demos gracias y alabemos a Dios en
todas las circunstancias, así nos liberará de
los males del inmundo y nos colmará de
los bienes celestes y terrestres. Esto es
cierto.
57'. Cuando algo nos contraríe aquí abajo,
comprobemos si nuestro deseo aún está en
Dios. Así, reemprenderemos el buen
camino en lugar de debatirnos inútilmente
en las ciénagas de la muerte.
58. Nunca se debe perder de vista la
perennidad de la esencia de la creación a
fin de no ser extraviado por las formas
ascendentes y descendentes del mundo
transitorio.
58'. Quien pacifique y decante el mar
interior reposará para siempre en la paz de
la luz del Señor.
«Corrigiendo la acritud de los humores,
también se corrige la acritud del espíritu».
59. La vida mezclada con el no ser de
afuera es lo que constituye el sufrimiento,
pues la sustancia pura de los comienzos
sigue siendo gozo eterno en sí.
59'. Lo que no es, es lo que no puede
transformarse en sí mismo, por sí mismo,
para sí mismo. La nada, tinieblas y muerte
exterior.
60. El más ínfimo abandono de nuestra
voluntad particular es como la primera
prenda de nuestra coronación celeste.
60'. No nos agitemos por nada, pues
entonces ni siquiera la muerte podría
calmarnos.


Quien caiga sobre esta piedra será
quebrado y, sobre quien caiga, le
aplastará.
JESÚS

Todos siguen su propio camino, cada
cual según su provecho, del primero
hasta el último.
ISAÍAS

*

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