lunes, 12 de octubre de 2015

El Mensaje Reencontrado - LIBRO XIV


LIBRO XIV

Nacidos con un cuerpo compuesto,
estáis sometidos a la ley de la disolución.
LIE TSE

La disolución es inherente a todas las
formaciones; trabajad sin descanso para
vuestra liberación.
BUDA

ENIVRE TUE 
LA PRESENCIA
1. Cuando seamos instruidos por el Señor,
nuestra mugre nos horrorizará y la de los
demás nos espantará. Entonces, rogaremos
para que nuestra mancha sea borrada y
para que la carga de todos sea aligerada.
1'. Cuando conozcamos que somos ciegos,
sordos y estúpidos, el temor de Dios ya no
será un enigma para nosotros. Y cuando
veamos su luz, el amor del Señor nos
iluminará y nos vivificará para siempre.
2. Observaremos los mandamientos de
Dios y alegraremos, mediante nuestros
dones secretos, el corazón de los pobres y
de los desgraciados.
2'. «El grano sembrado muere y renace a
la vida, pero nadie se asombra y nadie
admira el milagro de Dios».
3. «No desesperar jamás de Dios ni de uno
mismo», tal es la ley de la salvación.
Debemos, pues, perseverar, confiar en el
Señor y actuar según su ley, ya que el acto
de fe del sembrador y el acto de amor del
cielo y de la tierra son los que nos salvan
de la muerte. Pero ¿cuántos penetrarán
este misterio y cuántos lo realizarán antes
de la hora del juicio?
3'. El Libro es de Dios y volverá a Dios,
y nosotros, que somos de la tierra,
volveremos también a la tierra y nadie
podrá reunirse con el Señor sin haber sido
lavado por su bendición y sin haber sido
reanimado por su Espíritu Santo, porque
este es el juicio tan esperado por unos y
tan temido por otros.
4. Por la lectura y la meditación de
los libros santos es como mantenemos
y desarrollamos en nosotros el fuego
sagrado del Señor.
4'. El que lee el Libro a los suyos despierta
la vida en sus corazones y les hace
germinar ante Dios. Así, nada se perderá,
pues los creyentes serán confirmados y los
burlones serán puestos a prueba.
5. ¿Quién se encargará del Libro y quién
lo presentará a los creyentes? La
bendición de Dios fluye sobre ellos.
«Buscaremos afuera, después
buscaremos adentro».
5'. No es un deber ir hacia Dios, es el
mayor de los placeres.
«Manifestaremos afuera, pero
guardaremos adentro».

6. La perseverancia en la práctica de las
leyes divinas y naturales proporciona la
inmunidad y conduce a la libertad de la
vida pura y santa.
6'. El Señor enviará sus aguaceros sobre la
simiente que ha escondido en la tierra.
Ciertamente, la hará germinar.
7. Hacer cola en los espectáculos de la
locura, pudrirse ante las ventanillas del
hambre, atropellarse ante las puertas de la
muerte, agotarse al servicio de las
máquinas, vegetar en agujeros sin luz ni
aire, escuchar, leer, respirar, beber y
comer la muerte, he aquí lo que los
hombres llaman ahora «vivir libremente».
7'. Cuánto más se aleja el hombre de Dios,
más necesita trabajar y temer, amontonar
y carecer, sufrir y dudar, agitarse y
destruirse. Es insensato quien pretende
vivir sin la ayuda del Señor, pierde su
agua como un hueso que se deseca y
ninguna mano de hombre lo liberará del
desierto y de la sombra de la muerte donde
agoniza.
8. El Señor ha sembrado y nosotros hemos
producido el Libro para todos los hombres
sobre la tierra, para todos los que están y
para todos los que vienen, de todas las
razas y de todas las naciones. Para todos
los que tienen inteligencia y han puesto su
fe en la omnipotencia de Dios.
8'. La sabiduría de Dios está velada por
una oscuridad y por un caos sin nombre,
pero brilla algunas veces como una luz
purísima. La sabiduría del hombre es
como un crepúsculo y como una aurora
que gravita entre esos dos polos.
9. Y no hemos reclamado un salario a
nadie aquí abajo, pues el don del viviente
de eternidad será nuestro lote prodigioso y
real.
9'. Recordemos que el culto de los santos
antepasados completa el culto de Dios,
que es el Viviente de eternidad.
«Adoremos el sol de vida y no
despreciemos las cenizas de los
antepasados».
10. Dios es verdaderamente magnánimo,
pues nos libera de la muerte. Es
verdaderamente paciente, pues espera que
volvamos a él.
10'. Cuando podamos sufrir sin murmurar
los abandonos, las traiciones, los
reproches, las burlas, las injurias, los
golpes y la muerte, estaremos cerca de
Dios y de su salvación.
11. Así pues, dejemos de lado amor
propio, inteligencia, razón y voluntad
particular para ir hacia el Señor, como el
niño vuelve a su madre cuando está
cansado de jugar con el agua fangosa del
arroyo.
11'. Limitemos nuestros cuidados en el
mantenimiento de la vida encarnada y
dispondremos del tiempo necesario para la
búsqueda del Perfecto.
12. ¿Podemos leer el Libro y no alabar a
Dios en nuestro corazón cuando nos
inunda de luz? ¿Podemos recibir la
inunda de luz? ¿Podemos recibir la
palabra inaudita y no bendecir al Señor,
que nos ofrece la verdad que libera?
¿Podemos entrever la liberación de la
muerte y no llorar de alegría?
12'. Imantaremos en nosotros la luz del
Perfecto para la salvaguarda y para la
renovación de toda la creación.
¿Quién puede verificar esto ahora?
¿Quién puede experimentar la verdad
del Libro aquí abajo?
¿Quién puede tener en su mano el peso
de la altura?
13. ¿Diríamos a los hijos de un mismo
Padre y de una misma Madre que uno es
legítimo y el otro bastardo? ¿O que uno es
blanco y el otro negro? ¿O bien, que quien
guarda el patrimonio es más digno de
estima que quien recupera las deudas
antiguas?
13'. ¿Acaso no vemos que la luz es lo que
ilumina a los hombres y al mundo, y que
los astros no son sino los instrumentos de
su manifestación?
- Cuando la antorcha se apaga, sólo
queda un tizón de leña muerta.
14. Temamos el momento de confusión en
que el Padre, la Madre y el Hijo no
ratificarán nuestros juicios ciegos, el
instante pasmoso en que no veremos más
que un Dios allí donde habremos creído
discernir la pluralidad, el tiempo cruel
cuando aquel que habremos ignorado y
rechazado no nos reconocerá y nos
rechazará a su vez.
14'. ¿Confundiremos todavía mucho
tiempo el instrumento con el obrero?
¿Y rendiremos un culto profano a los
propagadores del Único?
- Sólo él tiene derecho a nuestro
homenaje y a nuestro don.
- Sus Hijos, que se lo han entregado
todo, bien lo saben. Lo proclaman a voces
desde el comienzo, y ninguno de ellos se
ha hecho pasar por Dios.
15. Ha habido el Libro de los sacrificios y
de los ritos, el Libro de los muertos y de la
espera, el Libro de la vía y del agua, el
Libro del fuego y de la purificación,
15'. ¿Tenemos oídos para oír la palabra?
¿Tenemos manos para purificar la tierra?
¿Tenemos ojos para ver la luz?
16. Ha habido el Libro de la revelación y
del comienzo, los Libros de la ley y de la
justicia, los Libros de la gracia y del amor,
el Libro del juicio y del fin, el Libro de la
siembra y de la renovación.
16'. ¿Tenemos nariz para oler el perfume?
¿Tenemos un paladar para saborear el
néctar?
¿Tenemos una boca para besar la piedra
santa?
17. Ha habido el Libro de la fe y de la
resurrección, el Libro del secreto y del
conocimiento, el Libro de la obediencia y
de la imitación.
17'. ¿Tenemos una lengua para alabar a
Dios?
¿Tenemos un cuerpo que purificar?
¿Tenemos un espíritu que simplificar?
¿Tenemos un alma que encarnar?
18. Dios nos envía ahora el Libro de la
ciencia y de la unión y el siguiente, que
es el Libro de la realización y de la
multiplicación.
18'. ¿Tenemos un todo que glorificar?
¿Tenemos una inteligencia para
manifestar la flor y el fruto?
19. Pero, en cada uno de ellos, los demás
ya están contenidos por entero, y lo que
uno dice en secreto el otro lo proclama
ante todos.
19'. ¿Tenemos un amor para
multiplicarlos?
¿Tenemos una sabiduría para recogerlos
y hacerlos servir para la gloria del
Todopoderoso?
20. Si permanecemos tan sordos y ciegos
para el bien, esforcémonos en ser
igualmente mudos e inertes para el mal.
20'. Quien jura por un libro santo y
rechaza los demás escritos de los profetas
niega a los miembros del Único.
21. Y si somos tan estúpidos ante la
creación de Dios, no expliquemos a los
demás la palabra que no comprendemos.
21'. Es preferible llegar entero hasta Dios
que llegar a trozos. Sin embargo, más vale
llegar a trozos que de ninguna manera.
22. Examinemos el bien y el mal que
ocurren a los demás y a nosotros mismos,
y alabemos al Señor por la forma
magistral con que enseña a los ciegos y a
los clarividentes.
22'. Esforcémonos en ser como Dios, que
une en él, con fruto, los contrarios de una
misma naturaleza.
«Los Sabios y los santos de Dios
bendicen el Libro que confirma y honra su
palabra inspirada».
23. Las olas del mar no tienen existencia
particular permanente, sin embargo, el mar
existe en sus partes y en su conjunto.
23'. El Absoluto es incognoscible en su
totalidad, pero es posible acercarse a sus
partes, que son como imágenes del todo.
24. Trabajemos para mantener nuestra
vida, no obremos jamás para amontonar
riquezas.
24'. Démonos por satisfechos con lo que
poseemos y pensemos que todavía hay
mucho de superfluo.
25. Seamos inteligentes para todo lo
que concierne al amor y al bien, pero
volvámonos idiotas para todo lo que se
relaciona con el odio y con el mal.
25'. La gente que alardea de su pureza está
mil veces más podrida que los pecadores a
los que denigra habitualmente.
26. Huyamos de la ilusión del pasado y de
la del porvenir estableciéndonos en
la presencia divina, que es como la
actualidad de la eternidad.
26'. Si buscas el mundo, corre tras él, pero
si deseas a Dios, espera que venga a ti.
27. Lo que más enfurece a los pedantes es
no poder integrar a los Sabios y a los
santos en su llana razón de mediocres
incurables.
«La oscuridad de la plenitud no es la
oscuridad del vacío, porque la luz habita
la primera y las tinieblas pueblan la
segunda».
27'. Los Hijos de Dios fraternizan en el
centro de la «Única Maravilla», ya que sus
enseñanzas son Una para los que penetran
santamente la palabra divina, en lugar de
examinarla con curiosidad desde fuera.
28. No se sirve a Dios constriñendo a
los hombres, torturando a los animales y
forzando la naturaleza, sino, más bien,
amando al Ser increado a través de todos
los seres creados y realizando su obra
oculta.
28'. Los Sabios no inventan nada,
solamente vuelven a poner a los hombres
en la vía de la luz y del amor que llega a
Dios.
«¿Quién purificará su cuerpo?»
«¿Quién simplificará su espíritu?»
«¿Quién encarnará su alma?»
29. Generalmente, los poderosos y los
ricos se oponen a los Sabios y a los santos
porque éstos últimos exigen la libertad
para todos los hombres y la generosidad
hacia todos los seres.
«Nos corresponde únicamente labrar,
porque el Señor es quien hace germinar y
quien madura la simiente santa».
29'. Sólo hay un crimen ante Dios: ser
mediocre y no amar nada libremente, ni
siquiera a uno mismo. Igualmente, solo
hay un pecado: la falta de vida pura,
olorosa y luminosa en nosotros. Y sólo
hay una sanción: la muerte hedionda y
tenebrosa que nos estrecha por todas
partes.
30. Practiquemos nuestra propia regla y no
nos ocupemos de la del vecino, si no es
para tomar lo que nos parezca útil para la
obtención y conservación de la paz en
Dios.
30'. La agitación en el mundo es lo que
hace el infierno temporal, y el reposo en
Dios es lo que hace el cielo de eternidad.
«¿Quién nos dará el pan de la tierra y del
cielo? ¿Quién nos dará el vino del agua y
del fuego? ¿Quién nos dará la sangre del
viviente de eternidad?»
31. El verdadero Sabio es el que ve las dos
caras de Dios y contempla lo que está
oculto adentro. Porque en la unión de los
contrarios es donde aparece la verdad del
Único.
31'. El secreto de los Sabios es Dios y su
luz puestos al alcance del corazón y de la
mano del hombre santificado por el amor.
32. Los hombres sometidos a la vida del
exilio, al hambre, al frío, al dolor, a la
enfermedad, a la decrepitud, a la duda, a la
apariencia, a la soledad, al desespero y a la
muerte deben ayudarse mutuamente para
vivir y esperar; sin olvidarse, no obstante,
de buscar la vía de la pureza divina que
conduce allí donde no falta nada a nadie.
32'. Los que no disponen del consejo
secreto de Dios y no extraen nada
directamente de su Providencia oculta
están obligados a recurrir a la opinión y a
la ciencia de los hombres para gobernarse,
mantenerse y curarse aquí abajo.
Pero esto no es la verdad del Señor.
33. Hagamos lo que sea preciso para
mantener nuestras vidas terrestres, pero,
cuando debamos morir, ofrezcámonos
alegre y santamente a Dios que acoge,
perdona, consuela y renueva más allá de
todo límite.
33'. Sólo somos realmente hermanos en
Dios, ya que es el único lugar donde no
hay separación, ni oscuridad, ni muerte.
Asimismo, la revelación de los Hijos de
Dios sólo se deja oír claramente por los
corazones depurados por el amor.
34. Los que al recibir el Libro no lo leen y
los que habiéndolo leído no responden en
su corazón, se proclaman satisfechos en la
muerte hedionda del inmundo. Se juzgan
ellos mismos y sus quejas ulteriores no
serán recibidas.
34'. El amor, que es el alimento del alma,
no necesita ser digerido como la gracia y
como la comida, que son los alimentos del
espíritu y del cuerpo, pues ya es como el
fuego divino: realizado y perfecto.
35. Los Sabios, que conocen lo de dentro
de los seres y de las cosas, se conmueven
por la desaparición de sus seres queridos.
¿Cómo no serán cruelmente desgarrados
por ello los hombres comunes, que sólo
conocen lo de fuera del mundo?
35'. El mal se ha corporificado por el
extravío del hombre y parte de la creación
se ha perdido con él.
El mal cesará por el retorno del hombre
a su manantial y éste imantará de nuevo el
mundo hasta la pureza del Viviente de
eternidad.
36. Gloria al Padre que lo engendra
misteriosamente. Alabanza a la Madre que
lo manifiesta claramente. Amor al Hijo
que se ofrece a todos.
Reconocimiento a los Sabios que lo
recogen, lo elevan y lo bajan para la
salvación del mundo, en la tierra de los
vivos.
36'. El sol de Dios reunirá las luces
extraviadas en la muerte, y la vida
concentrada manifestará la gloria del
Único para la comunión misteriosa de los
Sabios y de los santos, en el cuerpo, en la
sangre y en el espíritu unidos del
Perfectísimo.
37. Primero, pediremos vivir a fin
de aprender a alabar a Dios. Después,
pediremos morir para callar mejor en él.
37'. Aunque nos ofrecieran el cielo y
la tierra y toda la creación intermedia,
pediríamos siempre ÉL, ÉL, ÉL, porque él
es la simiente sin la cual nada sería.
38. El don divino de la libertad quiere que
el hombre extraviado en la muerte sólo
pueda alcanzar el manantial vivo y puro
mediante ese otro don divino que
constituye la imantación recíproca del
amor.
38'. Los Hijos de Dios poseen al Único y
son poseídos por él desde este mundo. Así,
el amor secreto realiza para algunos
elegidos el don total del UNO al Uno en el
Uno, antes de la separación y del juicio
universales.
39. Cuando pongamos en la balanza las
obras de toda nuestra vida y los minutos
que preceden a la muerte, estaremos
aterrorizados por la ligereza de las
primeras en comparación con el peso de
los segundos.
39'. Únicamente en la privación es donde
mediremos nuestro amor por Dios, ya que
en la abundancia sólo podríamos alabar el
suyo para con nosotros.
40. Considerándonos responsables de
todas las dificultades y de todos los males
que nos vejan en este mundo, seremos
liberados de la preocupación de atribuirlos
a los demás, y soportándolos
pacientemente pronto seremos liberados
de ellos, si no abandonamos al Señor de
las almas.
40'. El silencio y el ayuno absorben
eficazmente los estímulos de la
impaciencia y de la cólera, como el amor
de Dios y el olvido de uno mismo ahogan
las simientes de la codicia y del orgullo.
«La vida eterna es como la fijeza del
fuego de la conciencia entre las creaciones
movedizas del agua madre».
41. El que lo ha entregado todo a Dios,
incluso a sí mismo, ya no experimenta la
tentación de violentar nada para afirmar
un aislamiento al cual ha renunciado
definitivamente.
«Por su visión desnuda y por su
desapego inhumano, el santo es motivo de
escándalo para los que permanecen
sometidos a las apariencias y entregados a
las ataduras de este mundo».
41'. Por el estudio asiduo de los libros
sagrados es como la gracia y el amor del
Señor son despertados en nosotros, y por
la práctica de las obras santas es como son
manifestados en el mundo; por eso, sólo
podemos estar legítimamente orgullosos
de nuestra buena voluntad hacia todo y
todos.
42. Cuando estemos cansados de
perseguirle con nuestra razón, deberemos
decidirnos a atraerlo por la locura de
nuestro amor, so pena de extinguirnos para
siempre en la ceniza y en el agua muertas.
42'. ¿Dónde están los Hijos bienamados
siempre rechazados por los hombres y
siempre atraídos por el amor? Allí donde
el absurdo de la razón engendrará la razón
del absurdo. Allí donde el antiguo tocón
reflorecerá y dará su fruto dorado.
43. El gran dolor del santo, aquí abajo, es
tropezar tantas veces con la obcecación
estúpida de los impíos como con el
sectarismo vanidoso de los creyentes.
43'. El amor de Dios no podría justificar
ninguna violencia hacia uno mismo o
hacia las demás criaturas.
«No se trata de reprimir las pasiones, lo
cual provoca accidentes funestos; hay que
evitar, más bien, la ocasión de que
nazcan».
44. Los mediocres sepultan a Dios en lo
más profundo de su muerte; por eso odian
tanto la libertad de la vida que manifiesta
el espíritu del Señor y etiquetan la letra de
todas las Escrituras santas, creyendo
clavar a los profetas del mismo modo
que fijan insectos en sus polvorientas
colecciones.
44'. Intentan vanamente tranquilizarse en
su noche, pero la podredumbre de la
confusión y la sequedad de la muerte son
su herencia segura.
«Sólo el santo posee la conciencia
exacta de su extravío y de su
responsabilidad antiguos y presentes. Por
eso llora y busca todos los días de su vida
la luz perdida por el anciano».
45. Quien no vea ni oiga nada en el Libro,
que mire y escuche en el mundo; y si no
ve ni oye nada en el mundo, que mire y
escuche en sí mismo; y si no ve ni oye
nada en sí mismo, que se acueste en la
muerte; pero, sobre todo, que calle a fin de
no arrastrar a nadie en su soledad ciega y
sorda.
45'. La tristeza viene de la añoranza
inconsciente de la vida libre en Dios.
El amor nace al acercarnos al manantial
amado.
El conocimiento aparece por la unión
con el Impasible.
«Todos recibimos el mismo amor, pero
no lo reconocemos todos de la misma
manera ni en el mismo momento».
46. Los que alaban a Dios en el secreto de
sus corazones son los únicos admitidos en
la creación interior, todos los demás son
parásitos que él tolera sobre su piel a
causa de su misericordia infinita.
46'. Aquel que es iluminado se intitula
«holgazán, idiota e inútil», porque es su
única justificación ante el «Apacible, el
Santo y el Gratuito».
47. No somos grandes por los dones
recibidos ni por las privaciones sufridas,
sino solamente por su superación en Dios.
47'. ¡Oh, mi Señor secreto!, todo mi
progreso en ti eres tú quien lo realiza en
mí, y mi desnudez permanece como mi
único ornamento ante tu esplendor.
48. El ignorante lo juzga todo
desconsideradamente porque sólo percibe
la corteza de las cosas que le mantiene en
el caos aparente del absurdo. El hombre
despierto no condena nada ni a nadie, sino
que busca el bien que hay en cada criatura
y lo exalta hasta el reposo del Señor.
48'. Éramos como bestias ciegas y rabiosas
encerradas en una jaula estrecha y sórdida,
y henos aquí libres y en reposo,
bañándonos en la luz del Único Padre y
Madre.
«¡Oh, maravilla del Perfecto! ¡Oh,
bendición del Generoso! ¡Oh, amor del
Gratuito!»
49. Todos son útiles para algo o a alguien
aquí abajo, pero nosotros parecemos
inútiles a los demás y a nosotros mismos.
Así pues, es para consolarnos que Dios
consiente algunas veces en decirnos una
pequeña palabra.
49'. Si no vaciamos el cuerpo por el
ayuno, el espíritu por la oración y el alma
por la contemplación, ¿cómo podrá el
Señor colmarnos de su presencia triple y
única?
50. El más adelantado de entre los
transeúntes de este mundo es el que
soporta sin murmurar las vicisitudes de la
vida encarnada y ya nunca se plantea esta
pregunta: ¿cómo? y ¿por qué?, pues la fe
que reposa en la Providencia de Dios no
interroga.
50'. Quien conoce el fondo de la creación
no se escandaliza por ninguna injusticia,
no tropieza con ninguna apariencia y no se
conmueve por ningún trastorno en el
mundo, porque sabe que en nosotros y
alrededor nuestro todo se ajusta a la visión
interior.
51. Los poetas y los artistas son
enamorados que no consienten en
conversar con Dios sin signos ni testigos,
como lo hacen los Sabios y los santos.
«¡Oh, pudor extremo de los amores
santos! ¡Oh, dulce luz de la unión divina!»
51'. El retorno del alma a su manantial
es como la prefiguración del fin de los
tiempos, ya que todo se realiza según una
progresión geométrica; es decir, mediante
la aceleración de los cuerpos puros que se
vuelven a unir con su centro primordial.
52. La recompensa y la alegría de los
santos y de los Sabios es ofrecer a Dios los
agradecimientos, las alabanzas y el amor
de aquellos que han retirado de la muerte
por su enseñanza, su ejemplo y su
sacrificio.
52'. Los locos trabajan contra la creación y
la perjudican, pero no lo saben. Los Sabios
liberan la creación y la dan a luz, pero
conocen la finalidad de sus esfuerzos.
53. Que nuestra virtud oculta sea la
frecuentación diaria del Único en el olvido
de nosotros mismos.
53'. El santo que sirve fielmente a su
Señor no se extrañará de ser servido por su
Señor.
54. Estamos aquí abajo en constante
peligro de ceguera y de muerte definitivas,
como estaremos allí arriba en perpetua
amenaza de vida eterna solitaria, si no nos
fijamos en el corazón del Único.
54'. Quien se complace en la prisión de
este mundo, ¿cómo hará para descubrir la
libertad del otro? Y quien se instala en
esta plenitud, ¿cómo hará para entrar en el
reposo de la unión muy secreta?
55. La poesía última del amor y del
conocimiento aparece en el silencio de
Dios.
«Hoy, voy hacia todos, pero ¿quién me
acoge y quién me escucha? Mañana, todos
vendrán a mí, pero ¿a quién recibiré y a
quién oiré?», dice el Señor de la gracia y
del amor.
55'. Él nos libera de la muerte y después
nos retira de la vida a fin de que
permanezcamos con él en el secreto de su
secreto para siempre.
«¡Oh, reposo muy santo en el centro del
centro!»
56. Cuando hayamos comprendido con
nuestra cabeza, seremos como muertos en
la vida. Cuando hayamos sentido con
nuestro corazón, seremos como vivos en la
muerte. Pero cuando hayamos palpado con
nuestras manos y saboreado con nuestra
boca, seremos como dioses en el Único.
56'. Ser poseído por la multitud de lo
Universal es ser loco. Ser poseído por la
Unicidad del Uno es ser santo. Poseer la
Unidad del Único es ser Sabio.
Pero penetrar la plenitud de la vacuidad
es ser Dios con Dios.
57. Quien adora a Dios en su corazón, ama
a la humanidad en el mundo y respeta a
todos los seres vivos justifica toda la
creación presente, porque es el único que
ya está justificado ante Dios.
57'. Si liberáramos lo que está oculto en el
hombre, nos volveríamos como el Señor
de luz y bendeciríamos a la humanidad y a
la creación entera en medio mismo de las
tinieblas de la muerte.
58. Él se canta en cada uno de sus poetas.
Él se anuncia en cada uno de sus
profetas.
Él se juega en cada uno de sus niños.
Él se alaba en cada uno de sus creyentes.
Él se ama en cada uno de sus santos.
Él se conoce en cada uno de sus Sabios.
Él brilla en cada uno de sus Hijos.
58'. Penetremos la locura aparente de la
enseñanza de los santos y de los Sabios y
consideremos su intención profunda, que
es la reunión de todos los seres en Dios.
Así, podremos reír de todo lo que ocurre
como de una farsa tan continua como
ilusoria, hasta que todo deje de
tranquilizarnos o espantarnos aquí abajo y
en otra parte.
59. Huyendo de nosotros mismos cada
vez más, sólo obtendremos una mayor
esclavitud, mientras que olvidándonos
pacientemente de nosotros mismos,
alcanzaremos la libertad del Único.
59'. Él penetra en nosotros, nosotros
penetramos en él, y henos aquí fecundados
y renovados por el único mérito de nuestra
muerte en él y de su nacimiento en
nosotros.
60. El conocimiento intelectual que no
desemboca en el amor unitivo y en la
posesión transformante del Señor es tan
ilusorio como el reflejo de la luna en un
vaso de agua agitada.
60'. ¿De qué sirven todos nuestros trabajos
maravillosos si no descubrimos ni
incorporamos el Único Esplendor de la
vida santificada? ¿De qué sirven los
magníficos discursos sobre la luz de Dios
si no la vemos ni la comemos santamente?
61. La potencia de Dios sólo puede ser
concedida a quien ha renunciado a toda
demostración, a toda competición, a toda
aprobación, a toda posesión y a toda
venganza, es decir, a quien ha renunciado
a sí mismo.
61'. Cuando le contemplemos
maravillados, ¿qué podremos pedirle sino
él, nada más que él, siempre él? Pues
¿cuál es el conocedor que no desearía
contemplar el esplendor y habitar en él?
62. Los que leen el Libro y no eligen en
su corazón el amor y la búsqueda del
Perfecto están más excluidos que los que
se agitan ciegamente en el mundo sin
sospechar nada de la verdad del Único.
62'. Sólo Dios nos ofrece un amor sin
decepción, porque siempre es mayor que
nuestro propio don.
«El viviente testimoniará ante todos la
verdad del Libro, pero pocos hombres
poseen los ojos del espíritu que permiten
acercarse a la evidencia de la vida
desnuda».
63. Los verdaderos Sabios y santos
imantan a todos los hombres de buena
voluntad hasta Dios, y por eso son los
Hijos únicos y los servidores fieles de su
Señor.
63'. El que no sabe extraer su vida del
cielo y de la tierra no conoce nada de
Dios, no posee nada de Dios, no es nada
en Dios.
64. El que ya no se conmueve por las
muecas de la muerte ve brillar en todas
partes la sonrisa de la única claridad.
64'. Preparemos la tierra, seamos sencillos,
seamos confiados, seamos pacientes,
permanezcamos en paz, y Dios nos hará
ver su salvación.
65.  NO. NO.
SI. NO.
SI. SI.
SI. SI. SI.
El comienzo
El medio
El fin
65'. SI. SI. SI.
SI. NO. SI.
NO. SI. NO.
NO. NO.
66. Si me amas y si me buscas con todo tu
espíritu, con toda tu alma y con todo tu
cuerpo, pondré un espíritu de discordia
entre tú y el mundo a fin de que ningún
consuelo ajeno te aparte de mi vía recta;
tus allegados te odiarán y rechazarán,
les resultarás odioso y ellos te serán
insoportables y contrarios en todo, dice el
Señor oculto; incluso tu compañera se
levantará contra ti y tus hijos se burlarán
de ti por mi causa.
Palabras crueles para el mundo
ignorante; amor santo y perfecto para el
que sabe, pues cuando le hayamos
encontrado, todo nos será devuelto según
nuestro deseo e incluso mucho más.
66'. Que sean humildes y tímidos quienes
enseñan los misterios de Dios, que sólo
conocen de oídas, y que permanezcan
ocultos quienes los han experimentado en
sus corazones y los han tenido en sus
manos de vivientes.
¡OH! - TU - YO - NOSOTROS - UNO
QUE ES - POR SI - EN SI - PARA SI -
SIEMPRE - AMANTE - AMADO -
AMOR - AMÉN.


Todos los libros que no se fundamentan
en la santa Escritura han salido de la
mano de los hombres y perecerán.
LEYES DE MANÚ

Toda palabra verdadera, sea quien
fuere su autor, es dicha por el Espíritu
Santo.
AMBROSIO

*

pueden leer los demás libros, desde aquí

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