martes, 20 de octubre de 2015

El Mensaje Reencontrado - LIBRO XXII



LIBRO XXII


Dios os ha sacado de la tierra. El os
hará volver a entrar y salir de ella... El
día en que las tumbas se abrirán y en que
los secretos de los corazones serán
divulgados.
CORÁN

Ante todo guarda tu corazón, ya que de
él brotan los manantiales de la vida.
PROVERBIOS

ÉVITE EN UR 
EL SABIO
1. Nos ahogamos bajo las vanas
explicaciones de los inteligentes del
mundo, y sus obras aumentan la confusión
de los espíritus y la impiedad de los
corazones.
l'. Las deyecciones de las innumerables
moscas no podrían desgastar ni recubrir la
gran pirámide de Dios.
2. Sus libros y sus nombres volverán al
polvo, pero la obra del Señor permanecerá
para siempre, su palabra atravesará los
siglos y afrontará victoriosamente los
ataques de los pedantes diplomados de
todas las naciones.
2'. «Perdamos» el tiempo buscando a Dios
y no escuchemos lo que de ello digan
los impíos, pues sus corazones están
oscurecidos, sus ojos están ciegos y sus
manos son impotentes para violentar la
santa luz del Señor de vida.
3. El artista nos hace pasar un rato y el
artesano nos entretiene algún tiempo, pero
¿quién nos librará de la muerte? Y ¿quién
nos dará la eternidad de la vida si no es la
ciencia del Único?
3'. El que alaba al Señor en su corazón,
aunque sólo sea por una pequeña flor, no
es ni mediocre ni impío. Y el que busca,
aunque sólo sea a través de una piedra
muerta, no es ni holgazán ni incapaz.
4. Expongamos la ley del Señor en
nuestras casas para que penetre en
nuestras cabezas y para que germine en
nuestros corazones. Así, su vía nos
aparecerá luminosa y fácil, ¡y de qué
manera!
4'. Estudia el Libro y mendiga tu pan si es
el camino más corto para ti, ya que sólo
cuenta el precioso hallazgo del Señor y
sólo la ciencia del Único da el peso de la
vida que no perece.
5. Juzgáis con vuestra malicia, creyendo
sorprender la vigilancia del Señor, pero
vuestra malicia os ciega y os conduce a la
fosa de perdición, y reís sarcástica y
estúpidamente cuando se os habla de la
simplicidad rectísima que engendra la luz
de vida.
Vuestra razón se ha vuelto como un
veneno mortal, y vuestra inteligencia es
como un escorpión que se inocula su
propio veneno.
5'. Ahora, hablamos claramente y nadie
escucha, pero cuando todos pregunten
permaneceremos mudo como un tocón, y
los que ahora nos desdeñan, estarán
furiosos al no obtener respuesta, pues el
peligro estará aquí y los oprimirá por todas
partes, y la angustia del miedo los llevará
a interesarse por las cosas que
despreciaban en el tiempo de su seguridad
impía.
6. Santos y Sabios profetas de Dios, venid
en nuestra ayuda, rodeadnos con vuestra
cohorte resplandeciente y sostenednos
para que no decaigamos en la vía del
Señor. Rogad al Santísimo para que nos
consuele en su corazón al final de nuestra
pena.
Suplicad al Señor para que retenga su
brazo armado con la espada de la
separación, para que los ignorantes tengan
tiempo de poder leer y entender la palabra
inspirada; para que los indecisos tengan
tiempo de poder escoger en sus corazones
y arrepentirse ante Dios; para que
los rebeldes tengan tiempo de poder
entregarse aún más a la locura del mundo.
6'. Para que los impíos tengan tiempo de
poder organizarse orgullosamente en el
barro de la mezcla; para que los sabios y
los trabajadores tengan tiempo de poder
triunfar en sus obras vanas; para que los
creyentes tengan tiempo de poder volver a
la simplicidad de la fe y del amor de Dios.
Entonces, ¡que baje su brazo y que su
espada separe sin piedad ni perdón las
ovejas de los machos cabríos! ¡Que sus
hijos vean brillar su luz y que habiten en
su sol! ¡Que sus enemigos sean golpeados
en la confusión de las tinieblas y que se
desgarren como bestias en medio de las
ruinas humeantes de su falsa ciencia!
7. No hemos venido para desviar a nadie
de su fe, de su culto o de su secta. Hemos
venido para reunir a los creyentes que
buscan al Señor vivo, en la gracia, en el
amor y en el conocimiento del Único
Esplendor.
7'. No hemos venido para abatir lo que se
tambalea, ni para matar lo que se muere,
ni para disolver lo que se deshace por sí
solo. Hemos venido para dar forma a lo
que se busca, para dar cuerpo a lo que se
encarna, para ayudar a dar a luz a lo que
nace.
8. Hemos venido para rehacer la Iglesia
sin monumentos, sin barreras, sin grados,
sin vanidades y sin finanzas. Para rehacer
la Iglesia fundada sobre la piedra santa del
comienzo y del fin. Para rehacer la Iglesia
de los santos que hablan a Dios en sus
corazones.
8'. Hemos venido para rehacer la Iglesia
de los Sabios que hacen brillar a Dios en
sus corazones. El Señor conoce a los
suyos y sostiene a los que observan su ley,
a los que aman su fe, a los que siguen su
vía y a los que realizan su obra.
9. Cinco minutos con hipócritas y henos
aquí tristes, desanimados, inútiles,
juzgados, condenados y expulsados, a
menos que la cólera de Dios se apodere de
nosotros y maldiga a los malvados
después de haber denunciado sus infamias.
9'. Sin la gracia y sin el amor de Dios,
seríamos tan estúpidos como los impíos.
Así, debemos estar agradecidos al Señor
que nos ha hecho creyentes, ¡pero,
ciertamente, no podemos enorgullecernos
por ello!

10. Los hipócritas se maldicen a sí
mismos, lo que es el colmo del castigo
para su hipocresía. No hay perdón para
éstos, que piensan burlarse de Dios y
engañan a los hombres a sabiendas.
«Todos sus ardides se esfumarán cuando
se les aproxime la nube incandescente».
10'. ¡Oh, Señor, que ves en los corazones!,
libéranos de los rebeldes y de su
malignidad que mata la gracia, la fe y el
amor que nos hacen vivir en ti; y haznos
conocer a los creyentes que te aman y te
alaban en sus corazones, pero, por encima
de todo, haznos encontrar a quienes tú
hablas en secreto.
11. ¡Oh, Señor muy bueno y
sapientísimo!, libéranos de los brutos,
de los criminales, de los locos y de
los astutos, y fustiga a los mediocres
satisfechos de ellos mismos; vuelca en el
polvo la ignorante vanidad de los
razonables del mundo; golpea en la boca a
los imbéciles triunfantes que nos explican
todo lo que no entienden.
11'. Cuando el Señor sopla en el hombre y
cuando empuña el instrumento de su
cólera, ya no hay serenidad ni sentencias,
ya que todo estalla hecho pedazos en el
cielo y todo cae hecho polvo sobre la
tierra, y he aquí al servidor quebrado por
la acción terrible, sumergido en las
tinieblas de la soledad y rechazado por
todos.
12. ¡Oh, ingratitud mortal!, leemos los
libros santos y Sabios y no alabamos en
nuestros corazones al Señor de gracia y de
amor que nos ofrece la vida sin mezcla.
12'. ¡Oh, velo espeso que nos abraza,
henos aquí como momias que no pueden
alcanzar el agua de la resurrección, que no
saben tender la mano hacia aquel que la
ofrece gratuitamente y que ni siquiera ven
su luz santa!
13. Si alguien no os dice que una obra es
bella, y si varios no os afirman que tiene
valor, permanecéis estúpidos y ciegos ante
ella, dais la espalda a la joya y vilipendiáis
al artista, como esos cerdos que hollan las
perlas y desgarran a los imprudentes que
se las ofrecen.
13'. Sois doblemente malditos cuando
pagáis muy caro en el tiempo del éxito, lo
que habéis rechazado y despreciado en el
tiempo del abandono, ya que sólo obráis
movidos por la más estúpida y avariciosa
especulación, que os dejará el corazón y
las manos vacíos el día del juicio.
14. Contrariamente a lo que piensa mucha
gente, los verdaderos realistas son los
creyentes que buscan la vida substancial y
esencial que no perece, mientras que los
delirantes abstractos son los que se apegan
a la materia perecedera.
Tal vez, esto haga reflexionar a algún
inteligente que ama a Dios y que lo busca
en su corazón.
14'. Bendito sea Dios: las Escrituras santas
todavía están aquí y nos corresponde
leerlas y meditarlas sin dejarnos engañar
por los hipócritas que las utilizan para sus
intereses, sin dejarnos embaucar por
los imbéciles que las adaptan a su
mediocridad ciega y sorda y sin dejarnos
inducir por los bien intencionados que las
limitan a su comprensión histórica y
moral.

15. Algunos han cargado con las santas
Escrituras como asnos que llevan un
tesoro que son incapaces de utilizar o
como perros que guardan un hueso del que
no pueden obtener la médula, pero que
impiden celosamente que alguien se
acerque.
15'. Estos se reconocen enseguida cuando
hojean el Libro, y su rabia desborda al
instante, pues han monopolizado los
misterios de Dios para explotarlos
profanamente y en vez de llegar a ser
instruidos como su Señor, se han vuelto
estúpidos y vanidosos como el demonio al
que sirven en secreto.
16. ¡Atrás, mediocres satisfechos y
pontificantes! Rogamos al Señor
misericordioso que quiera despertaros,
si aún es posible, a golpes de látigo
emplomado, ya que es mejor para vosotros
ser despedazados y salvados que perecer
en la falsa seguridad de vuestras tinieblas
insensibles.
16'. Se acomodan al barro que los recubre
por completo y propagan la fealdad en el
mundo. Lo nivelan todo en ellos y
alrededor suyo y ¡helos aquí como
animales que rumian tranquilamente en el
matadero donde están amontonados para
la muerte!
17. La simplicidad no es la ignorancia.
17'. La Sabiduría no es la insensibilidad.
18. Si el Libro es una cosa cualquiera que
no interesa a nadie o a casi nadie, ¿cómo
podrá volverse una cosa apasionante
y buscada por muchos, sin condenar
cruelmente a quienes ahora lo entierran?
18'. Volvámonos los hermanos menores de
Cristo en Dios: oiremos la palabra de
Dios, haremos sus obras y viviremos en el
Único.
19. No está de moda y no es una literatura
para anestesiar a los agonizantes de este
mundo, ¡he aquí el defecto!
19'. «¿Acaso todos los amados no son de
Dios? Y ¿todos los amantes no están en
Dios?»
20. Hemos disuelto y purgado nuestros
humores en el barro húmedo, y los hemos
confortado y perfeccionado en la luz del
cielo.
20'. Veremos el esperma aparecer y crecer
como el rocío de la mañana, y veremos el
germen encarnarse en su pureza y
cambiarla en su propia naturaleza fija y
perfecta.
21. ¡Tu búsqueda es demasiado ardua,
Señor, y si tú no vienes a socorrernos sin
duda fracasaremos, ya que nuestros oídos
están sordos, nuestros ojos están ciegos,
nuestras manos son impotentes y tu
salvación es propiamente increíble!
21'. Lo de dentro de lo de dentro es lo que
debemos descubrir y hacer aparecer en la
pureza; y lo de dentro de este adentro es lo
que debemos al fin manifestar en la fijeza.
22. Es cuando renunciamos a comprender
que empezamos a comprender realmente.
- Es cuando renunciamos a explicar
que empezamos a ser oídos y a ser
comprendidos realmente.
22'. El que se baña en la claridad del fuego
interior es como idiota en el mundo,
sin embargo, es el único verdaderamente
iluminado.
«Para aproximarse a la verdad, hay que
estar desnudo como ella».
23. No seas sino tú mismo, no interrogues
sino a ti mismo, no penetres sino a ti
mismo, no te pierdas sino en ti mismo, no
te encuentres sino en ti mismo, no reposes
sino en ti mismo y te aproximarás al Señor
de dentro, que realiza todas las cosas en ti
sin ti.
23'. La creación, el hombre, el arte, no son
perfectibles, en el sentido de que sólo
están desviados y que su más perfecta
realización es tan sólo el retorno a su
perfección inicial.
«Hay algo mejor que asir la evidencia de
la vida, es participar en su pureza
primitiva».

23". Sopórtate,
Ayúdate,
Búscate,
Descúbrete,
Conócete,
Realízate,
con la ayuda del Señor del cielo.

24. La simiente de los astros está oculta
dentro de la tierra.
24'. El limo de la tierra es la primera
criatura.
25. La visión justa es ver las cosas tal
como fueron y tal como serán, es decir tal
como son en realidad en la unidad
primera.
25'. El mayor trabajo en la mayor
facilidad, he aquí el ARTE. El mayor
amor en la mayor pureza, he aquí la
santidad. La mayor libertad en el mayor
reposo, he aquí la Sabiduría.
26. Se necesita una gran generosidad de
alma para ser el primero en reconocer que
una obra desconocida es bella.
26'. El que explora su ignorancia, su
impotencia y su muerte es el único que
conoce la locura y la Sabiduría del ARTE.
27. ¡Que el espíritu del artista sea tan alto
como las estrellas y que su vida sea tan
humilde como el polvo!
27'. El que hace pocas diferencias entre las
cosas del mundo, pronto percibe la unidad
que las anima.
28. Todo lo que se opone a la vida la
manifiesta más claramente, y todo lo que
la recibe participa de ella magníficamente.
28'. Lo propio de la vida es el movimiento,
el cambio, la diversidad, la libertad, la
pureza, la alegría, la fecundidad, la
gratuidad y la alabanza.
29. No podemos agradar a todos, ya que
estamos lleno de defectos y de debilidades
y aún recubierto por la mugre extranjera,
pero el Libro ya es un juicio que separa
secretamente los corazones iluminados y
puros, de los agonizantes satisfechos y
ciegos de este mundo.
29'. ¡Ojalá devuelva a muchos el deseo y
la afición por el estudio de las Escrituras
santas y Sabias de todas las naciones!
¡Ojalá sea para muchos el estandarte de
la victoria y de la libertad de Aquel que
ES!
¡Ojalá ilumine los corazones de los que
esperan la luz de vida!
30. Todo lo que pretende dirigir o forzar el
ARTE lo esteriliza y lo mata.
30'. La moderación es lo propio del Sabio,
la tiranía es la característica del loco, la
insensibilidad es el lote de los brutos.
31. El artista, el creyente, el santo, el
Sabio, es el que se eleva hasta la belleza
iluminativa de la creación liberada de su
ganga de muerte.
31'. Sólo hay un ARTE verdadero, es el
que manifiesta el espíritu libre, que es la
luz del Universo. Sólo hay una ciencia
verdadera, es la que fija esta luz divina en
el reposo de Dios.
32. ¿Por qué discurrir cuando todo está tan
magníficamente diversificado por la luz de
Dios?
32'. Quien no lleva su alegría en sí mismo
no la verá reflejarse en el mundo y no la
verá florecer en Dios.
33. El artista verdadero sólo conoce la
tierra y el cielo; la ciencia, la moral y la
política de los hombres le aburren y le
matan.
33'. Los astros muertos son los únicos que
no giran de alegría bajo el soplo del
Único.
34. El prójimo es el que sufre y se abre, y
no el que se cierra y hace sufrir.
34'. Se aprende a amar buscando penetrar
y vivir el estado de los demás.
35. No se es creyente porque se asista a las
ceremonias religiosas, y no se es incrédulo
porque no se vaya a ellas; ya que el
verdadero culto de Dios se practica en el
corazón, y su santa búsqueda se opera por
el estudio de las Sabias Escrituras y por
las operaciones de la fe en acción en el
mundo.
35'. Debemos interrogarnos sinceramente
respecto al Libro y escoger por nosotros
mismos en nuestros corazones sin tener en
cuenta las opiniones de los que tienen una
posición que defender y a explotar aquí
abajo.
«¿Acaso el Señor no respira y se pasea
aquí mismo?»
36. Muchos ignoran las cosas de Dios,
pero el colmo es que estos ignorantes
juzgan y condenan ahora a los instruidos
en los misterios del Único.
Roguemos a fin de que el látigo divino
los reconduzca al silencio, a la obediencia
y a la humildad que convienen a su
condición de sordos y ciegos incurables.
«La agitación del mundo es tan grande,
Señor, y nuestra voz es tan débil, que
medimos tristemente la locura de nuestra
predicación».
36'. Condenados aquí abajo a soportar a
los hipócritas en el mundo, en nuestras
casas y en nuestros corazones, aspiramos
cada vez más a la comunión de los santos
donde los hijos de Dios nos acogerán
amablemente, y donde nadie se levantará
contra nosotros a causa de nuestro amor
por el Único, sino que por el contrario,
todos se asociarán espontáneamente a
nuestras alabanzas, a nuestras bendiciones
y a nuestra alegría en el Señor del centro.

37. Más vale una iglesia tibia, tambaleante
y profanada que la ausencia total de
iglesia, ya que un paralítico ciego aún
puede hablar, mientras que un muerto ya
no puede hacer nada por nadie.
37'. Las comunidades deberían producir
santos capaces de entusiasmar a los
últimos creyentes. ¿Quizá tendrían que
empezar por no exiliar al Espíritu Santo de
sus muros?

37". ¿Acaso el Señor ya no puede contar
más que con los creyentes ocultos en el
mundo? Es muy posible, después de todo,
ya que sólo él juzga las conciencias y los
corazones sin error posible.

38. No tenemos visiones, no oímos voces,
no hacemos milagros, y el cielo
permanece cerrado ante nuestros ojos;
pero la gracia del Altísimo ha abierto
nuestro entendimiento y su amor ha
confirmado nuestra misión aquí abajo.
Nuestro lote está entre sus manos. El hará
como le plazca. Pues, desde que nos
hemos ofrecido y nos ha escogido, ya no
nos pertenecemos realmente.
38'. Aceptamos ser rechazado,
vilipendiado y abandonado por la gente
bien situada, pero, al menos, que los más
inteligentes en Dios se tomen la molestia
de examinar y pesar atentamente las
palabras del Libro; y que los más simples
en Dios se preocupen de interrogarse en
sus corazones respecto a la autenticidad de
la obra que se les presenta.
39. Algunos que creen servir al Señor,
le perjudican y otros, que piensan
perjudicarle, le sirven sin saberlo.
39'. Consagremos nuestros ocios al Señor,
y el Señor multiplicará nuestros ocios.
40. Podemos sostenernos cantando o
recitando en común plegarias, cánticos o
versículos, y comulgando en la gracia y en
el amor del Señor de vida. Pero nadie debe
juzgar ni condenar a los que prefieren la
soledad y la plegaria silenciosa del
corazón en el secreto del Único.
40'. Cuando estemos verdaderamente
cogidos por la búsqueda de nuestro Señor
misterioso, los asuntos del mundo y la
gente que se ocupa de ellos nos parecerán
fastidiosos, vacíos e insoportables; y ésta
nos considerará como incapaces, inútiles y
locos.
41. Tengamos mucho cuidado con esto,
pues lo que más reluce afuera en el
mundo, no es lo más puro y precioso
adentro, en Dios.
41'. Somos como insensatos que se han
jugado todo lo que tienen en el juego de
Dios, y esto parece escandaloso a los que
sólo cuentan con el trabajo de sus manos
para vivir y prosperar en el mundo.
42. La oposición y la reprobación del
mundo son desoladoras y desalentadoras,
pero el juicio y la condena de nuestros
allegados son crueles, aún cuando el Señor
nos sostiene en nuestra santa empresa.
42'. ¡Oh, Señor misericordioso!, redime al
menos los instrumentos de nuestro
suplicio cuando nos dejes por fin tomar
aliento, antes de recibirnos en tu seno
bienaventurado y gloriosísimo, si tú lo
quieres.

43. Hay aguijones que no permiten a los
más perezosos adormecerse, ni siquiera el
tiempo de un suspiro, cuando el servicio
de Dios y el servicio de los hombres
apremian por igual.
Es cosa difícil de comprender y muy
dura de aceptar; sin embargo, nos
consideramos privilegiados entre los
agonizantes de este mundo.
43'. «La fe en Dios y en su resurrección es
rentable de inmediato, ya que nos ayuda a
soportar lo que desespera y aplasta a los
impíos. Nútrela y fortifícala en nosotros
hasta el día luminoso del fin y del
comienzo, Señor de bondad».
44. ¡Eh! ¡Eh! ¡Eh!
¿Qué? ¿Qué? ¿Qué?
¡Tu sangre corre y tu vida vuela!
44'. Regando nuestra muerte, viviremos.
Disipando nuestra vida, moriremos
ciertamente.
45. Venid, hombres de todas las naciones,
comed, bebed, alegraos y vivid, ya que el
Libro os es dado con preferencia a este
pueblo malicioso, astuto e impío, cuya
inteligencia se ha convertido en la mayor
estupidez que pueda haber.
45'. ¡Oh, patria bendita de Dios y nutrida
por la Virgen santa, te has vuelto como
una prostituta que deshonra a la familia de
los vivos y prefiere el arroyo lleno de
inmundicias extranjeras a la mesa de su
Señor y maestro!
46. Raza imbécil, que heredáis el Libro de
la renovación de todas las cosas, lo
cambiáis por un plato de lentejas e incluso
os desembarazáis de él, ofreciendo el plato
de lentejas como indemnización a los que
aceptan encargarse de la obra.
46'. Te has burlado de las amonestaciones
de tus santos, y tu rebelión ha engendrado
golpes y heridas envenenadas. Ahora, se te
otorga un respiro en el cielo y en la tierra
para que reflexiones y vuelvas a la santa
familia.
47. Que vuestros ojos permanezcan
tapados, que vuestros oídos permanezcan
cerrados, ¡oh, superinteligentes!, y que los
extranjeros coman vuestro pan y beban
vuestro vino, burlándose de vosotros; que
os despojen de vuestra herencia y se
repartan vuestras riquezas; que os
reduzcan a la esclavitud y os hagan
trabajar por nada en vuestra propia tierra,
para que escuchemos vuestras agudezas y
para que apreciemos vuestros sutiles
chistes sobre Dios y su salvación, sobre
Dios y su cólera, si aún osáis hacerlo.
47'. Si te niegas, será tu fin. Zapada,
desmenuzada, calcinada y dispersada por
el viento, sin retorno ni perdón. Sin
nombre, sin recuerdo y sin plegaria para
siempre. Pero si te levantas del barro, si
vacías tus abscesos, si te lavas en el agua
de la gracia, si te revistes del ropaje
nupcial y si te sometes a tu Señor
magnífico, reflorecerás la primera de entre
las naciones, como has sido la primera en
caer; y tu luz iluminará el mundo y tu paz
encantará a todos los corazones. Se te
llamará bienaventurada, nacida del espíritu
y del corazón, y reinarás sin violencia
sobre los pueblos ajuiciados.
48. ¡Oh, ciudad del nacimiento!, hete aquí
como un montón de cadáveres que se
enfrían, y tu antigua pretensión agoniza
contigo. Entre tus muros sólo se oye el
ruido del ganado que rumia pesadamente y
sólo se respira el olor del estiércol que se
pudre en ti. El santo Cordón no te ha
salvado de la peste de los mediocres y los
golpes no te han abierto el entendimiento.
48'. ¡Oh, capital muy espiritual!, dicen que
eres la más avanzada, pero hay que
entenderlo como si se hablara de una carne
corrompida que ya transpira la
podredumbre de la fosa común de la
muerte. Siempre milagrosamente salvada,
la paciencia del Señor se cansará un día y
nadarás en lágrimas y en sangre, y te
desecarás en las cenizas antes de ser
renovada por la gracia celeste.
49. Lo que ES es mucho más fantástico y
mucho más formidable que todo lo que
podamos imaginar, pero cuando lo que ES
se fija en SI MISMO, los ojos quedan
deslumbrados y la boca permanece muda.
49'. No más preguntas ni enigmas para
quien se aproxima a la luz viva que
contiene al Señor de eternidad.
50. Es inútil correr dando vueltas y
agitarnos a diestro y siniestro para evitar
tener que resolver el enigma de la vida y
de la muerte que se nos propone aquí
abajo, ya que el enigma subsiste y devora
finalmente a los que no han podido
resolverlo.
50'. No más letras, ni cifras, ni cerraduras,
ni puertas, ni muros, ni prisiones, ni
tumbas, ni muertes, para quien halla,
madura y come la unidad del Único.
51. Las ganancias, las recompensas, los
honores y los nombramientos de los
hombres son irrisorios para quien ha
encontrado al Único. También lo son para
los que no le han encontrado, pero, como
no lo saben, se consuelan jugando con el
viento de la vanidad. En este caso, más
valdría simplemente tocar la flauta, ya que
de esto no resultaría nada engañoso para
ellos ni para los demás.
51'. Haznos conocer la alegría perfecta en
nuestro descubrimiento en ti.
Haznos conocer la libertad perfecta en
nuestra obediencia a tu santa voluntad.
Haznos conocer la seguridad perfecta en
nuestra observancia de tu santa ley.
Haznos conocer la paz perfecta en
nuestro abandono en ti.
Haznos conocer la vida perfecta en
nuestro amor en ti.
Haznos conocer la satisfacción perfecta
en nuestro reposo en ti.
52. Ábrenos el corazón y purifícalo,
Señor, para que podamos recibirte por
entero, y refuerza nuestro amor para que
pueda unirse al tuyo sin ser abolido en tu
gloria.
52'. Allí donde, habiendo abandonado y
renunciado a todo, nos hallamos colmados
más allá de toda expresión.
Allí donde la plegaria y la alabanza dan
paso al júbilo mudo de la unión santa.
53. Las contradicciones aparentes de los
libros santos sólo existen para los que no
conocen la unidad del Único Señor. Más
les vale no juzgar y, sobre todo, no
condenar lo que sólo entienden en
imágenes y no en verdad desnuda.
53'. Debemos empezar por pedir el socorro
del Señor, que realiza su obra en nosotros,
ya que, por nosotros mismos, somos
impotentes para cambiar nada en nuestra
naturaleza corrompida. Y, asimismo,
debemos acabar dejando completa libertad
al Señor para perfeccionar lo que él mismo
ha liberado del barro del pecado de
muerte.
54. Cuando estamos mortalmente tristes
sin saber la causa, es porque nos vaciamos
de las cosas del mundo y no nos llenamos
de las de Dios.
En efecto, lo lleno de mundo resiste a
Dios por su peso muerto, y lo lleno de
Dios resiste al mundo por su peso vivo,
mientras que el vacío de mundo y de Dios
se encuentra insoportablemente aplastado
entre el cielo y la tierra, que se reúnen
entonces sin bendición ni fecundación.
54'. Cuando hayamos alcanzado la luz del
Único, todos los que tienen deseos los
verán realizarse y nadarán en la plenitud
de Dios. Pero los que no tengan deseos
verán a Dios, entrarán en Dios y Dios
penetrará en ellos, y reposarán en el vacío
de Dios, que es el cubo de rueda de la
plenitud de Dios. Pero eso está reservado a
un pequeño número de elegidos, que
poseen el aceite del amor y del
conocimiento.
55. Los hipócritas se deleitan en secreto de
lo que denuncian públicamente, pero los
nombres que se han atribuido los
denuncian públicamente sin que lo
sospechen.
55'. Así pues, en hipocresía
«bienpensante»1 se halla «panse bénite»
y en hipocresía «puritaine» hay
«putainerie», ya que cada moneda que
brilla en el mundo tiene un reverso oculto
donde está grabado su verdadero nombre.
56. Más vale una prostituta que ama por el
amor que una mujer irreprochable que
ama para sí misma, ya que la primera
conoce la caridad del amor y no juzga ni
violenta nada en nombre de su amor
vergonzoso; mientras que la segunda sólo
conoce la envidia de la codicia y lo
condena y lo reprime todo sin piedad, en
nombre de su amor devorador.
56'. Si existen mujeres irreprochables que
aman según el amor que se da y no según
el que lo toma todo, háznoslas conocer,
Señor clarividente, dánoslas en herencia,
para que nuestros hijos sean hechos a tu
santa semejanza.
«Danos, Señor, la que es hueso de
nuestros huesos y carne de nuestra carne,
según tu santa ciencia».
57. ¿Qué creyente verdadero osaría
prevalerse, ante su Señor y ante sus
hermanos en Dios, de condecoraciones,
títulos, grados o diplomas, cosas irrisorias
ante la mirada del Único y a los ojos de
los buscadores de Dios?
57'. ¿Acaso no haría mejor cubriéndose
enteramente con el hábito negro de los
penitentes, para acordarse de la mugre
inmunda del pecado que lo abraza por
todas partes y para permanecer en la
humildad que conviene a los fieles de
Dios?
58. El agua de la gracia es lo que funde el
corazón mortificado y separa en nosotros
la vida pura de la mugre de la muerte.
El fuego del amor es lo que fecunda el
corazón depurado y lo multiplica en la
gloria de Dios.
58'. Cuanto más pobres seamos en todo,
más nos colmará el Señor con su fe, su
alegría, su amor, su paz y su conocimiento
que no perecen.

1. Conservamos entrecomilladas las expresiones del original para mantener el juego de palabras. (N. de los T.).

59. Este apenas nos conoce y nos alimenta
en secreto desde hace años, pidiendo sólo
en agradecimiento la palabra del Libro.
Dios ha dado a un carnicero más
inteligencia e inspiración acertada que a
toda la multitud de importantes que se
pavonean en la inmensa ciudad.
59'. Quien sirva al servidor del Señor será
servido por el Señor en persona. Esto será
una dura lección para los inteligentes, para
los sabios y para los poderosos de este
mundo. Algún día, la comprenderán
plenamente, pero entonces será demasiado
tarde para que la utilicen y se salven de la
muerte que les mina.
60. ¿Acaso no hay en esto una doble
bendición de Dios, manifestada de una
manera divertida? ¿Quién saboreará el
humor asombroso del Altísimo? Y ¿quién
reconocerá su propia imbecilidad ante el
Único?
¡Oh!, ¿quién llorará por sí mismo y
quien reirá también de sí mismo?
60'. Aquí, es el noble asceta quien prologa
el Libro con su nombre prestigioso,
después de haber presentido la verdad del
mensaje. Allí, es el sencillo maestro de
escuela que da de lo que le es necesario
para transcribir los últimos versículos del
Libro. Finalmente, son los creyentes de
Pallandt quienes presentan la obra por
entero.
61. Las obras vulgares nos hablan de la
sabiduría exterior entendida desde fuera.
- Los libros de filosofía nos hablan de la
sabiduría exterior vista desde dentro.
- Los libros santos nos hablan de la
sabiduría de dentro conocida adentro.
- Los libros Sabios nos hablan de la
sabiduría de dentro experimentada afuera.
61'. ¿Quién conoce mejor al divino Señor
de Vida? ¿Los sencillos pastores? ¿Los
sabios magos? ¿Los fieles adoradores?
¿Los discípulos benditos? ¿Los creyentes
abnegados? O bien ¿aquél que guarda la
Virgen santa, le ayuda a dar a luz en
secreto y cría al niño venido del cielo?
¡Oh, muy inteligentes!, ¡oh, muy
sabios!, ¡oh, muy importantes, contestad si
sois capaces de comprender la pregunta!
62. El entusiasmo por el mundo y el
escepticismo respecto a Dios conducen,
a veces, a los más inteligentes al
escepticismo respecto al mundo y al
entusiasmo por Dios, pero, con mayor
frecuencia, conducen a la gente corriente
al hastío y al resentimiento hacia ellos
mismos y hacia los demás, y a la muerte
para todos.
62'. La perfecta sumisión a la voluntad de
Dios no es una resignación embrutecida o
beata que soporta todos los desórdenes sin
reaccionar. Es más bien una aceptación
atenta y alegre que utiliza, de la mejor
manera posible, todo lo que se presenta sin
desear nada en particular.
63. Denunciamos a los astutos y a
los mediocres que forman comités
amparándose en la ayuda mutua y la
beneficencia, cuando de hecho sólo sirven
hipócritamente a su vanidad y codicia en
detrimento de los débiles y de los pobres
aislados en el mundo.
63'. Quien ha encontrado la cosa del Libro
puede quemar el Libro para cocer la cosa,
ya que lo que obtendrá al final vale más
que el Libro y que la cosa.
«Ningún astuto penetrará la simplicidad
ni se acercará a la pureza de la cosa, ya
que la malicia les pega a la corteza y les
impide ver lo de dentro que vive».
64. Mañana será oscuro, mañana hará frío,
mañana estaremos muertos, mañana la
resurrección y el juicio. ¿No veis que
mañana se llama hoy? ¿No veis que hoy
os agarra y os mata sin que hagáis otra
cosa que correr delante de él con la
esperanza estúpida de distanciarle?
64'. ¿Quién permanecerá en reposo y
quién se hará el muerto, para que hoy pase
sobre él sin agacharse para recogerlo y
clavarlo en el tiempo? ¿Quién sacará
provecho del respiro de hoy para fundir
los ayeres en la sola realidad viva del
único hoy de Dios?
65. El que empieza violentándose se
endurece en el orgullo y en la hipocresía,
en lugar de abrirse a la gracia que desliga
en el abandono de la humildad primera.
65'. Hay que embeber y disolver antes de
secar y cocer, ya que el que empieza por
cocer fija la mugre del pecado en vez de
eliminarla.
66. Los que piensan poder observar por
sus propias fuerzas los mandamientos
de Dios, así como la multitud de
prohibiciones de los hombres, se
derrumban bajo una carga fantástica y se
arrastran miserablemente en el barro del
pecado, mostrando aires de superioridad
ante los que no disimulan sus debilidades.
Así nacen y se fortalecen la hipocresía, el
orgullo y la dureza, por demasiada
confianza en uno mismo y poca fe en
Dios.
66'. Debemos empezar por pedir el auxilio
de Dios sin ocuparnos demasiado del
estado en que nos hallamos, ya que él
mismo pondrá orden en su casa si le
dejamos hacer a su manera, sin ponerle
trabas con nuestros esfuerzos ciegos. La
observancia de sus leyes se nos volverá
entonces una obra ligera, en vez de sernos
una carga insoportable, y nadaremos
naturalmente en su santidad sin esfuerzo y
sin fatiga, como aquel que flota en la gran
agua.
67. Los padres, que hacen todo el trabajo
en la casa, dejan que los niños crean que
su ayuda es indispensable, cuando de
hecho no hacen más que estorbarlos y
retrasarlos en su tarea. Y los padres
incluso dejan creer a sus hijos que ellos
solos han hecho todo el trabajo; y el
orgullo de los niños hace sonreír a los
mayores, que saben muy bien en qué caos
caería la casa si no estuvieran allí para
mantenerla en orden.
67'. Así pues, Dios hace todo el trabajo en
nosotros y cuando con nuestros esfuerzos
creemos ayudarle, no hacemos más que
contrariarle y retrasarle, pero él también
sonríe paternalmente y nos deja creer que
somos útiles para no desanimar nuestra
buena voluntad naciente; ya que, cuando
hayamos crecido en la fe y en el amor de
Dios, podremos ayudarle escuchando su
palabra en nuestros corazones y
manifestándola en el mundo.
68. No os decimos que no roguéis, que no
alabéis, que no reposéis y que no actuéis.
Os decimos que os borréis cada vez más y
que dejéis a Dios que ruegue, alabe,
repose y actúe en vosotros, para que
flotéis en su alegría constructiva en vez de
zozobrar en vuestra tristeza impotente.
68'. Estiremos y empujemos en el sentido
de Dios y nunca en nuestro sentido
personal, y todo irá exactamente como
queramos, sin trabas e incluso con una
facilidad asombrosa, ya que la mano
todopoderosa actúa para nosotros y sólo
tenemos que seguirla humildemente en
lugar de oponernos a ella vanidosamente.
69. ¿Qué hay de escandaloso para los
creyentes instruidos en el hecho de saber
que el culto del Señor en realidad se
realiza dentro de nuestros corazones, sin
intermediarios, y no en imagen sobre
los altares de piedra por medio de
funcionarios? Sin embargo, éstos son
necesarios para guardar y transmitir la
revelación de las santas Escrituras.
69'. Los que sienten vértigo se encuentran
mejor llevando una venda sobre los ojos y
a los inválidos les es más ventajoso
utilizar muletas, pero a condición de que
quienes los guían no lleven ni venda ni
muletas y que no las impongan a los que
ven el fondo de las cosas y andan solos
hacia la salvación de Dios.
70. Algunos creen entenderlo todo y se
molestan, ya que sólo captan la corteza de
la palabra, que así les agobia en vez de
liberarlos si la percibieran en su interior.
70'. Seamos sencillos y libres en nuestros
corazones y dejaremos de ser complicados
y esclavos en el mundo.
71. Los agitados, los codiciosos y los
violentos han invadido el mundo, y el
lugar de los que buscan verdaderamente a
Dios se ha vuelto minúsculo y pronto
habrá desaparecido por completo.
71'. Será entonces cuando el Señor reunirá
a los suyos en el reino imperecedero y
apacible y abandonará a los réprobos al
corro desaforado del infierno, en el polvo
muerto.
72. Ya no tenemos sitio en este mundo,
donde los corazones se endurecen como el
hierro y como el cemento de los templos
muertos.
72'. Cuanto más duros y feroces
se vuelvan, más golpeados y más
desmenuzados serán en la muerte.
73. Los revolucionarios son quemados por
Dios, pero no lo saben. ¿Quién les revelará
la proximidad asombrosa del Único?
¿Quién les pondrá cara a cara con el fuego
divino a fin de que reconozcan a su Señor?
¿Quién les reconducirá hacia la justicia
divina, la única que puede contentarlos
plenamente?
73'. Es más difícil convertir a estos dentro
de sus corazones que mantener a los
rebaños de mediocres e hipócritas en la
tibieza de su fe agonizante. Pero ¡qué
magnífica y densa cosecha a ofrecer al
Altísimo, en vez de esa paja sin grano que
el viento esparce en el polvo del mundo!
74. Los religiosos y los creyentes han
acabado confundiendo la realidad viva de
Dios con los símbolos y las figuras
históricas que la velan, lo que les sumerge
en la idolatría sin que se den cuenta.
«¿Quién es culpable? ¿El que hace
brillar la verdad de Dios o los que no la
reciben?»
74'. ¿Comprendemos por qué todos doblan
el espinazo ante la malicia del rebelde y
por qué todos se adhieren ahora al dogma
impío del progreso científico y de la
felicidad material en este mundo caído?
¿Por qué hoy todos ponen mano a la
instalación de la humanidad en el infierno
sin salida?

75. Unos y otros se han vuelto
especulativos, y ya no hay operativos entre
ellos para oponerse a la marea invasora de
la ciencia de afuera que sumerge al
mundo.
75'. El Señor enseña la ciencia en secreto,
y ellos la profanan públicamente. El Señor
cura a los enfermos, y ellos envenenan a
los que están sanos. El Señor resucita a los
muertos, y ellos matan a los vivos.
76. Por último, los incrédulos, al no ver
más que la idolatría de las imágenes y de
los individuos, lo han rechazado todo
desordenadamente, pero han caído en una
idolatría aún peor, que es la de la materia,
que los sella en la muerte sin retorno.
Ya que la esencia, la substancia y la
mugre están confundidas en ella
inextricablemente, y aunque consigan
utilizar la materia bruta, sin embargo, no
pueden llegar a separarla elementalmente
y, si logran separarla, es con tal violencia
y dispersión que no pueden volverla a
reunir en la pureza, ya que ha
desaparecido ante sus ojos llenos de
malicia y de ciencia profana.
76'. El Señor simplifica la ley, y ellos la
complican inextricablemente. El Señor
camina sobre el agua, y ellos se hunden en
la tierra. El Señor da gratuitamente, y ellos
venden incluso la muerte. El Señor
resucita gloriosamente, y ellos se pudren
ignominiosamente. Los inteligentes se han
vuelto una calamidad para el mundo, ya
que su inteligencia se aplica a la superficie
de las cosas, o bien, da vueltas
vertiginosamente sin avanzar y, cuando
busca lo de dentro de las cosas, es para
volatilizarlo. Pero ésta no destruye nada en
realidad y es así como se hunden cada vez
más en el infierno que ellos mismos se han
creado.


El espíritu del Sabio está dominado por
una idea única y fija: no intervenir, dejar
actuar la naturaleza y el tiempo.
LAO TSE

Todas las cosas bajo el cielo nacen de
lo que se mueve, y lo que se mueve, de lo
que reposa.
LAO TSE

*

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