domingo, 1 de noviembre de 2015

El Mensaje Reencontrado LIBRO XXXIV


LIBRO XXXIV

De este perfume viene, avanzando
hacia él, su propia naturaleza bajo la
forma de una muchacha bella, brillante,
noble, de raza ilustre, de cuerpo más
brillante que las más brillantes criaturas.
ZOROASTRO

El que está inundado de luz parece
ignorante.
LAO TSE


TIRE EN UVE 
LA NIEVE
1. Tan pronto como nos volvamos
sinceramente hacia el Altísimo, nuestros
pecados nos serán perdonados.
1'. Y tan pronto como lo alcancemos
en verdad, nos serán milagrosamente
quitados.
2. ¿No hemos obrado para la gloria de
Dios y para la salvación de los creyentes?
2'. ¿El Señor del cielo y de la tierra no
hará crecer y multiplicar la simiente que
siembra en el corazón de los hombres
rectos?
3. La vía del Altísimo es una vía que lava
y que siembra. ¿Lo sabíais?
3'. También es una vía que hace crecer y
que multiplica en la incorruptibilidad del
Único.
4. ¡Oh, Señor resplandeciente!, ¿habrán
hablado en vano tus profetas de tu santa
ciencia que da la vida y de tu santo amor
que la realiza en nosotros?
4'. ¿Ya no queda entre nosotros ninguna
inteligencia atenta y ni un corazón
depurado para realizar tu unidad santa y
perfecta?
5. Tus Hijos penan duramente aquí abajo
para hacer oír tu salvación a los hombres
exiliados.
5'. Pero están sentados a la mesa en tu sol,
donde festejan tu eternidad como un día de
alegría que no se acaba.
6. Los que predican profesionalmente
la palabra de Dios en el mundo deben
hacerlo con amor y con humildad, pues no
poseen manifiestamente el espíritu y el
cuerpo del Señor de vida.
6'. Si no, los sordos oirían de nuevo, los
ciegos verían, los paralíticos andarían, los
muertos resucitarían y todos darían gracias
a la omnipotencia del Único.
7. ¿Cada creyente no leerá a diario para
los suyos y para sí mismo una página de
las santas Escrituras, donde la vía de Dios
está figurada sabiamente?

                                                                                                    7'. Que nuestro espíritu no excluya
ninguna Escritura inspirada de Dios, sino
al contrario, que sean todas honradas en
nuestras casas y en nuestros corazones.

8. Muchos incrédulos serán convertidos y
muchos rebeldes serán salvados, pero ni
un solo hipócrita será perdonado si no
vuelve a la sinceridad del amor de Dios.
8'. La adoración del Señor de eternidad no
podría ser un sacrificio, ni un deber, ni un
trabajo molesto, pues es una alegría
incomunicable que el amor engendra en la
libertad de Dios.
9. Soportaremos con paciencia nuestra
sequedad y la humectaremos con la lectura
de las Escrituras reveladas que liberan de
la duda.
9'. Las tumbas de los Hijos de Dios son
tumbas vacías; jamás lo olvidemos, a fin
de que nuestra fe subsista en el milagro de
vida.
10. Escuchemos al insensato de Dios que
nos habla: «En el día de la restitución de
todas las cosas, los elegidos de Dios ya no
conocerán la mugre de la muerte, ni el
dolor, ni la enfermedad, ni el trabajo
servil, ni la suciedad, ni la pobreza. ni la
duda, ni el miedo, ni el odio, ni las
tinieblas del exilio».
10'. Sus vestiduras serán de un blanco
inmaculado y sus rostros resplandecerán
como el oro en fusión; sus deseos les serán
concedidos incluso antes de que los
formulen, y la alegría de su paz será
unánime en el Único Esplendor. No es una
vana promesa la que se nos hace aquí.
11. Examinemos cuidadosamente lo que
dicen los profetas de Dios, y desconfiemos
de lo que los intérpretes les hacen decir.
11'. ¿Acaso no sabemos que los últimos
vienen en primer lugar y que los primeros
vienen en último lugar en este mundo?
12. Los que pesan el alimento de sus
servidores y los que retienen una parte
de sus sueldos, también un día
serán racionados, pues mendigarán
humildemente el barro hediondo del
infierno, que será su alimento y su salario.
12'. Los bienpensantes contemporizan con
el mundo mientras continúan valiéndose
de aquel que ha condenado el mundo y sus
obras. Así, se han vuelto los peores
hipócritas que haya sobre la tierra y los
enemigos declarados del maestro, al que
fingen amar como Judas que son en
realidad.

12". Hay una marca por la que se les
reconoce sin error posible: rechazan
ciegamente a los verdaderos discípulos del
Señor, como las tinieblas rechazan
ciegamente la luz de Dios.

13. Continuamos predicando la vía de
Dios en el desierto, pues sabemos que su
palabra germina en secreto y que veremos
la formidable cosecha transformar el
desierto en una tierra de abundancia.
13'. ¿Quién volverá a ser lo bastante
sencillo y lo bastante puro para creer, para
oír y para ver la verdad del misterio
revelado?
«¡Oh, Señor magnánimo!, multiplica a
tus hijos y a tus hijas, y dales tu tierra
santa donde nada perece».
14. Aquí abajo, recibimos las promesas de
Dios espiritualmente y en imagen, antes de
recibirlas corporalmente y en verdad el día
de la resurrección general y del juicio
ineludible.
14'. Así, los que creen haberlo recibido
todo recibiendo la palabra de enseñanza,
caen en el orgullo que los excluye de la
posesión palpable del amor de Dios
15. Algunos elegidos de Dios han
recibido, ya en este mundo, el don
espiritual y corporal del Altísimo antes del
fin de los tiempos.
15'. Estos son los hijos queridos de Dios,
en los cuales ha puesto toda su confianza,
y los grandes testigos de su juicio.
16. Nos podemos servir de las máquinas
para aliviarnos, pero no debemos adorarlas
ni creer que nos salvarán definitivamente
de la muerte.
16'. Organizarse en la pocilga del exilio es,
en definitiva, querer organizarse en el
hedor del estiércol de la muerte.
17. El reino de Dios no se construye con
piedras y mortero, pues es la piedra y es el
oro por excelencia que no necesita
mortero ni talla.
17'. ¿Hay algo más bello y más elevado
que la familia unida en el Señor, que
comunica a sus hijos el amor y la
inteligencia de Dios?
18. No debe haber ninguna coacción en el
aprendizaje de la vía de Dios, que es todo
amor y todo libertad.
«Los que violentan las almas jóvenes
preparan secuaces para el infierno».
18'. El amor y la caridad sólo pueden ser
entendidos y practicados por los que
primero han entendido y practicado la
tolerancia hacia ellos mismos y hacia los
demás.
19. El que niega la limosna al buscador de
Dios no es bendecido, pero el que le niega
el pan es, ciertamente, maldecido.
19'. Así, el insensato lo niega todo, el
prudente ofrece el pan, el creyente da la
comida y la limosna, pero el Sabio añade
la hospitalidad para la noche.
20. Reconoceremos a los mediocres en
que la generosidad de corazón les ofende y
en que la verdad de Dios les hiere, porque
el cenagal tenebroso es el lote que han
escogido.
20'. Un día, los insensatos serán
desanimados por sus propias locuras, pues
éstas les volverán multiplicadas al infinito
y los aplastarán con una ferocidad ciega y
sorda de la que nada podrá librarles.
21. Vivimos en un estado tan precario y
tan sometido a la muerte, que deberíamos
implorar a Dios todos los días de nuestra
vida a fin de que nos enseñe el medio de
nuestra liberación y de nuestra restitución
en el esplendor primero.
21'. Desgraciadamente, casi todos los
hombres se han acostumbrado a la muerte
hasta el punto de creerla inevitable e
irremediable, y muchos la han olvidado
como los animales que sólo recobran
conciencia de ella en el último momento
de su vida.
22. Deberíamos implorar nuestro
salvamento ante Dios con una tenacidad
tal que se viera obligado a concedérnoslo a
fin de desembarazarse de nuestra loca
insistencia.
22'. La paciencia de los santos no es
el embrutecimiento de las bestias, y la
búsqueda de los Sabios no es la agitación
del mundo.
23. ¿Cómo podríamos ser pacientes en
este mundo de muerte, cuando estamos tan
impacientes por el mundo de vida?
¡Pronto, pronto, Señor, ven a nosotros y
muéstranos tu luz santa!
23'. Los que se han resignado al exilio
terrestre bien pueden organizarse aquí
abajo, pero en cuanto a nosotros,
que esperamos la vida eterna, ¿cómo
podríamos instalarnos en la agonía de este
mundo?
24. Quizá seremos echados a latigazos por
el Señor el día de la confrontación, pues
nuestra obra aquí abajo es ínfima y
perdemos en los cuidados del mundo
mucho del tiempo que se nos concede.
«Ahórranos la confusión de los
malvados, ¡oh, bondad santa y perfecta!»
24'. ¡Oh, Señor de bondad y de perdón,
concédenos el tiempo necesario para la
búsqueda de tu santo secreto y permite que
saboreemos aquí abajo las primicias de la
vida eterna que nos has prometido desde
el comienzo! ¡Oh, ven para nuestra
salvación, Santísimo, y desciende en
nuestros corazones purificados!
25. No nos dejes agonizar en el mundo
y no nos entregues a la burla de los
ignorantes que te rechazan, Señor de
compasión.
25'. Pues nuestra fe vacila bajo los golpes
de la muerte y nuestro amor languidece en
las tinieblas del exilio.
26. Todo lo que nos distrae de la salvación
de Dios en el mundo es malo, y todo lo
que nos hace olvidarla es mortal.
26'. Desgraciadamente, los hombres
caídos del cielo se han acostumbrado al
mal de la muerte y, actualmente, ya no le
prestan ninguna atención.
27. ¡Qué importan las modalidades de
nuestra búsqueda y de nuestra agonía en
este mundo, con tal de que renazcamos
felizmente a la vida que no perece!
27'. La ley del mundo es una dura ley de
homicidio, de exilio y de sufrimiento. La
ley del cielo es una dulce ley de amor, de
libertad y de alegría.
28. Reconoceremos a los verdaderos
buscadores de Dios en que el aburrimiento
no les habita y ni siquiera se les acerca en
el mundo.
28'. Los verdaderos hijos de Dios jamás
están solos ni abandonados, pues la
búsqueda del Padre les ocupa noche y día.
29. Nada nos salvará de la miseria, de la
mugre, de la enfermedad, del sufrimiento,
de la ignorancia, del miedo, del odio, del
desespero, de la soledad y de la muerte,
salvo la ciencia de Dios sapientísimo.
29'. Y nada nos la transmitirá, salvo el
amor de los que la poseen en herencia
desde la creación del hombre, pues su
palabra es el amor de Dios que viene a
nosotros hasta la tierra de exilio.
30. Los verdaderos creyentes de Dios
soportan el mundo, pero no contemporizan
con él, porque su objetivo no es instalarse
aquí, sino más bien buscar en él la entrada
oculta del reino que no perece.
30'. Lo que pensemos y lo que hagamos en
el mundo importa poco en definitiva, lo
que en él encontremos de Dios es lo único
que contará para nuestro salvamento final;
he aquí lo que es duro para muchos
tranquilizados.
31. Sabremos que nos acercamos a la
verdad de Dios cuando estemos cada vez
menos de acuerdo con el mundo y cuando
el mundo nos pague con la misma
moneda.
31'. Y sabremos que hemos alcanzado
la verdad de Dios cuando amemos a
los hombres sin seguirlos y cuando los
hombres nos amen siguiéndonos.
32. Presentemos el Libro a cada puerta y a
cada corazón. Los que lo reciban y los que
lo rechacen se juzgarán ellos mismos.
32'. La voluntad de Dios es como un río
que va hacia un océano de amor. Es una
locura querer oponerse a ella hasta el
agotamiento del absurdo.
33. En lugar de violentarlo y torturarlo
todo como rebeldes que piensan instalarse
en el mundo gracias a su astucia...
33'. intentemos descubrir el único secreto
de vida con la ayuda de Dios, como
hijos amantes y sometidos a su Padre
sapientísimo.
34. Los ricos y los fuertes en Dios asumen
la ayuda y el sostén de los pobres y de los
débiles en Dios, a fin de que el reino
celeste sea repoblado hasta en sus lugares
más ínfimos.
34'. Incluso los mediocres pueden ser
salvados, pero a condición de no oponerse
estúpidamente a los santos que han
aceptado responder por ellos.
35. ¿Los santos y los Sabios profetas no
nos han anunciado, a pesar de todo el
mundo, nuestro salvamento y nuestra
resurrección en Dios?
35'. ¿Y nuestro bello Señor de perdón no
nos lo ha soportado todo a fin de salvarnos
del exilio tenebroso donde agonizamos?
36. ¡Oh, sublime pobreza de aquel que lo
tiene todo!
¡Oh, sublime simplicidad de aquel que
lo sabe todo!
¡Oh, sublime debilidad de aquel que lo
puede todo!
¡Oh, sublime paz de aquel que lo ama
todo!
36'. Es una sal, pero también es un azúcar.
Es una tierra, pero también es un fuego.
Es un agua, pero también es un aire.
Es una luz, pero también es un abismo.

37. Los que se acomodan a la mentira y a
la muerte del mundo son, finalmente,
devorados por la mentira y la muerte en
este mundo.
37'. ¡Oh, cuán maravillosa e increíble es tu
verdad de vida, Señor! Y ¡cuán pocos de
entre tus hijos son capaces de creer en ella
y buscarla aquí abajo!
38. ¿No debemos arder de deseo y de
impaciencia en nuestra búsqueda del
tesoro divino si queremos tener una
oportunidad de descubrirlo aquí abajo?
38'. Pues aquí está nuestra esperanza
insensata y nuestro loco deseo, que salvan
de la duda, del desespero y de la muerte.
39. ¿De qué sirve prolongar astutamente
nuestra agonía en el mundo, si no es para
buscar en él la salvación de Dios que
libera de toda muerte?
39'. ¿No basta con que transmitamos
la antorcha de Dios en este mundo
oscurecido sin preocuparnos de quien la
recibirá? ¡Pues la recibe quien quiere y no
quien nosotros queremos!
40. Por un santo reconocido aquí abajo,
¿cuántos permanecen desconocidos y
rezan por la salvación de las almas?
40'. Por un Hijo de Dios que se manifiesta
en el mundo, ¿cuántos obran en secreto
para el salvamento de las almas y de los
cuerpos?
41. Los que no soportan ser reprendidos y
corregidos por los hombres no aprenderán
nada de los hombres.
41'. Los que no soportan ser reprendidos y
corregidos por Dios no aprenderán nada
de Dios.
42. Por la substancia de la virginidad y
por la esencia de la fecundidad es como
nuestra vida será restablecida en la unidad
triunfante del Único.
42'. Abrévanos, Señor del cielo, con tu
santo rocío que regenera las almas, los
espíritus y los cuerpos desunidos por el
juicio de la muerte del mundo.

42". ¡Oh, Santísimo!, permite que oigamos
y realicemos tu gran misterio antes del
juicio general que lo pondrá todo al
descubierto.

43. ¡Oh, Señor de conocimiento!, ¿por qué
tantos hombres se duermen en el barro del
mundo? Y ¿por qué los que permanecen
un poco más despiertos buscan tu secreto
fuera de ti?
43'. ¡Oh, Señor de justicia!, ¿por qué
tantos hombres se duermen en tu palabra?
Y ¿por qué los que permanecen un poco
más despiertos te buscan con tanto
esfuerzo?
44. Porque éstos no han germinado en mí,
dice el Señor del secreto.
44'. Porque éstos no han buscado la buena
almendra que está oculta bajo la corteza,
dice el Señor del misterio.
45. El Libro será como una cadena de oro
vivo que religará a los hijos de Dios en la
búsqueda de su santa luz de vida.
45'. Los que se encuentren con el Libro en
la mano se darán el beso de paz y
comulgarán en el Señor de vida.

46. Ciertamente, estaremos cerca de los
que nos invoquen en su corazón para
conducirlos en la vía de Dios.
46'. Cuando nos reunamos para leer el
Libro, el que lo ha inspirado también
estará, ciertamente, en medio de nosotros.
47. Los tibios que abordan la búsqueda del
divino secreto se cansan pronto y vuelven
a las vanas ocupaciones del mundo, como
los perros vuelven a sus vómitos.
47'. Los que tienen sed y hambre de la
vida de Dios están cogidos por la santa
búsqueda como por un potente imán que
ni siquiera les deja tiempo para volver la
mirada hacia el mundo.
48. Las iglesias contemporizan con el
mundo a fin de mantener a multitudes de
tibios en la observancia ciega de los
misterios revelados.
48'. Esto es una gran caridad humana pero
también es un gran peligro, pues aleja a
los mejores de la búsqueda efectiva del
misterio santo y Sabio.
49. El mundo prefiere la cantidad a la
calidad.
49'. Pero Dios prefiere la calidad a la
cantidad.
50. Todos se han dormido sobre
la promesa divina y se dedican,
tranquilamente, a sus asuntos en el mundo,
creyéndose automáticamente salvados por
la búsqueda y por el don de uno solo.
50'. Y los que intentan actualizar la
promesa de Dios, pasan por locos y por
heréticos a los ojos de los mediocres
dormidos; tan vago y tan lejano les parece
el don de Dios.
51. Pueblos de color, se os reprochará
haber recibido el Libro de la liberación de
manos de un hombre blanco.
51'. Responded: «Estamos honrados por
haber recibido este don, y vosotros estáis
deshonrados por haberlo rechazado».
52. Los verdaderos buscadores de Dios
llegan al final o mueren en la tarea, pero
jamás retroceden, pues han adivinado la
enormidad divina de la meta que
persiguen.
52'. Nada se perderá de la búsqueda santa
y Sabia de los hijos de Dios, pues el Señor
es misericordioso con los que han puesto
su fe, su amor y su buena voluntad en él.
53. Los pusilánimes, los mediocres, los
ignorantes y los bienpensantes nos
prodigarán toda clase de desánimos,
de reproches, de sarcasmos y de
impedimentos en nuestra búsqueda del
divino tesoro.
53'. Pues el demonio malvado habla y
actúa por medio de ellos a fin de alejarnos
del reino de Dios, donde ya no tiene
ningún poder sobre nosotros. Huyamos de
ellos sin volvernos y no los asociemos a
nuestra salvación.
54. No adoraremos las figuras humanas, ni
las figuras animales, ni los símbolos, ni las
imágenes, que están aquí para rememorar
los misterios divinos, pero que no son
nada por sí mismos.
54'. La idolatría es confundir las
apariencias de la cosa de Dios con la cosa
misma, y es permanecer extraviado por las
cortezas que esconden la almendra
substancial y pura de la vida
imperecedera.
55. ¡Oh, cohorte resplandeciente de los
Sabios y de los santos de Dios, que habéis
soportado victoriosamente los sarcasmos,
las injurias y los golpes en la búsqueda del
Señor de verdad...
55'. inspiradnos la paciencia que vencerá
la oposición del mundo profano donde
agonizamos buscando la salvación de
Dios, que es la liberación de las garras de
la muerte!
56. Todos los que no ruegan a Dios y no
buscan su salvación noche y día, o que no
la esperan, pierden el tiempo aquí abajo.
56'. Quienes lo dudan sólo tienen que
visitar un osario, y si permanece en ellos
un resto de inteligencia, ya no dudarán
más al salir de allí.
57. El fanatismo ciego es ante Dios como
la incredulidad y como la impiedad, pues
impide conocer el manantial de la gracia y
descubrir el océano del amor.
57'. Cuando conozcamos el origen y
la base de la vida divina, estaremos
agradecidos y seremos humildes para
siempre en el Señor reencontrado.
58. Los que llegan hasta Dios, primero
quedan estupefactos, luego ríen y lloran,
finalmente, admiran y alaban durante la
eternidad.
58'. La prudencia del Señor es única, y
su secreto es de un humor asombroso
y perfecto. Los videntes de Dios dan
testimonio de esto ya desde ahora.
59. ¡Oh, creyentes del mensaje!, se
reconocerá vuestra profundidad y vuestra
unidad si reconocéis la legitimidad y la
continuidad de las Escrituras reveladas.
59'. Las religiones de verdad son las que
nos anuncian la resurrección, el juicio y la
vida en Dios para los elegidos, o fuera de
Dios para los réprobos.
60. Todas las enseñanzas que se nos
prodiguen para comportarnos bien en el
mundo no impedirán que muramos en él
ignorantes e impotentes de la salvación de
Dios, si no la buscamos todos los días de
nuestra vida.
60'. Sólo hay una meta verdadera para el
hombre aquí abajo: salir de la muerte con
la ayuda de Dios, como hizo el bello Señor
de resurrección. Pero el secreto de Dios le
pertenece en propiedad y lo comunica a
quien quiere sin que nadie pueda
violentarlo.
61. Dios sólo hará ver su salvación a
quienes no les satisface el mundo, a
quienes no se agitan ni se instalan en él.
61'. Pues lo obtendremos todo según la
medida de nuestro corazón, y no según la
malicia de nuestro espíritu, ni según la
destreza de nuestras manos.
62. Creyentes de Dios, abrid vuestros
oídos y abrid vuestros corazones mientras
aún estáis vivos en la tierra, porque pronto
será demasiado tarde para buscar la
salvación de Dios.
62'. ¡Oh, creyentes de Dios!, no esperéis
haber vuelto al polvo para examinar el
secreto de vuestros corazones, pues
entonces será demasiado tarde para
manifestar nada en la vida.

63. No hay paz para los buscadores del
mundo, ni siquiera cuando han encontrado
el mundo, porque entonces, ¡qué tristeza,
qué soledad y qué esclavitud!
63'. No hay paz para los buscadores de
Dios mientras no hayan encontrado a
Dios, pero entonces, ¡qué alegría, qué
unión y qué liberación!
64. Cristo ha ridiculizado la muerte y ha
ridiculizado a los malvados. La palabra de
un maestro tal es, ciertamente, una palabra
de vida que debe preservarnos del
desaliento y de la duda en todas las
circunstancias.
64'. ¿Quién volverá a salir de la tumba tras
el Señor de resurrección, a fin de ser un
nuevo ejemplo de la omnipotencia de Dios
y una confirmación deslumbrante de la fe
de los creyentes?
65. El Libro es magnífico y el que lo ha
inspirado resplandece en el cielo. ¿No lo
vemos? ¿No lo oímos?
65'. Dios nos esconderá bajo su vestidura
de luz, o bien, nos hará brillar en las
tinieblas del mundo. A él la gloria y el
perdón.
66. Por pobres y abandonados que
parezcamos en el mundo, debemos
conservar nuestra fe y nuestra esperanza
en la misericordia del Único, que nos
observa para ver cómo reaccionamos en el
exilio de la muerte.
66'. ¿Acaso no reconoceremos la palabra
inspirada que resuena en la plenitud del
verbo de entre las palabras delirantes que
resuenan en el vacío del mundo profano?
67. Nuestro estado en el mundo no tiene
ninguna importancia ante Dios, porque lo
que cuenta a sus ojos es lo que creemos, lo
que buscamos y lo que encontramos aquí
abajo.
67'. El mendigo cubierto de barro que
esconde en su corazón y en su mano el
joyel de Dios, vale más que todo el mundo
que le rechaza.
68. Ahora que hemos leído el Libro, nunca
más tendremos excusa si descuidamos la
salvación de Dios.
68'. Pues el Libro es como un imán que
recoge las almas extraviadas en la muerte
para ofrecerlas a Dios.
69. ¡Oh, creyentes de Dios!, recobrad
ánimo, pues el Señor ve vuestros
corazones al descubierto sin avergonzarse
de vuestro estado miserable en el mundo.
69'. ¡Oh, creyentes de Dios!, que vuestra
esperanza germine y que vuestra fe
reflorezca, pues el Señor os ve brillar a
través del exilio de la muerte.
70. ¿No hemos dado un fruto maravilloso
como un buen árbol plantado por el Señor
en la tierra de exilio?
70'. Los que coman de este fruto volverán
al paraíso de Dios, y ya no saldrán de
nuevo de él gracias a su experiencia de la
muerte.
71. ¿No hemos producido el Libro en el
abandono y en la soledad del mundo sin
flaquear y sin dudar de Dios?
71'. ¿No hemos realizado la voluntad de
Dios a pesar de la oposición obstinada del
mundo profano?

72. ¡Que nuestras reuniones sean santas y
alegres en honor del Señor, que preside en
nuestros corazones amantes!
72'. Está aquí comulgando con nosotros,
¿no lo vemos a través de la corteza oscura
que todavía nos recubre?
73. ¡Oh, alegría de los reunidos de Dios!
¡Oh, fidelidad de los amantes del Único!
¡Oh, pasión de los buscadores de vida!
73'. ¡Oh, dulzura de los hijos de Dios!
¡Oh, seguridad de los santos salvados!
¡Oh, resplandor de los Hijos de Dios!
74. ¡Oh, sencillos hijos de Dios!, no
rechacéis al Señor a causa de los que le
desfiguran y le traicionan en su propia
casa.
74'. Id a él con toda confianza en vuestros
corazones, servidle y amadle como al
mejor de todos vosotros.
75. Así, seréis recibidos en su reino,
mientras que los hipócritas serán
rechazados en las tinieblas de afuera.
75'. Ya casi nadie cree en el juicio de
Dios, no obstante, lo veremos todos, y la
sorpresa nos dejará sin voz y sin
movimiento.
76. Una vez más, la promesa de la
salvación es dada a los exiliados que
sufren y que ruegan a Dios por su
liberación.
76'. Una vez más, la puerta del reino está
abierta para los que tienen sed de la vida
pura e imperecedera que resplandece en
Dios.
77. Es muy natural que luchemos con
todas nuestras fuerzas y con nuestros
propios medios contra la miseria, contra la
enfermedad y contra la muerte que nos
amenazan constantemente aquí abajo.
77'. Pero nuestros esfuerzos no deben
hacernos olvidar la búsqueda de la
salvación de Dios, que es lo único que
puede liberarnos para siempre del yugo y
del exilio de la muerte.
78. Los que nos predican el cielo y se
entierran en las pequeñeces de este mundo
son hipócritas que siembran el odio hacia
Dios en el corazón de los humanos
exiliados, en lugar de hacer florecer en él
su amor santo y perfecto.
78'. La salvación de Dios no es, como
algunos lo enseñan, una eventualidad
remota y vaga. Es una realidad inmediata
y palpable para el que la alcanza aquí
abajo. He aquí lo que todos debemos
saber.

78" Nunca nos avergoncemos de
abandonar una opinión limitada y vaga
para adoptar una idea más precisa y más
amplia de la salvación de Dios, pues así,
nos abriremos y germinaremos en Dios, en
vez de estancarnos y descomponernos en
el mundo.


Hay dos extremos que deben evitar los
que han renunciado al mundo: una vida
consagrada a los placeres y a las
pasiones, envilecedora, sensual, grosera,
sin nobleza, sin provecho; y una vida
dedicada a las mortificaciones, dolorosa,
sin nobleza, sin provecho.
BUDA

Hemos bebido la ambrosía, nos hemos
vuelto inmortales, hemos visto la luz,
hemos encontrado a los dioses.
VEDAS

*

pueden leer los demás libros,  desde aquí

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