viernes, 6 de noviembre de 2015

El Mensaje Reencontrado LIBRO XXXIX



LIBRO XXXIX

La ruina llega. Buscarán la paz y
no la habrá. Ocurrirá desgracia sobre
desgracia y noticia sobre noticia.
EZEQUIEL

Al primer golpe de su espada
fulminante, las montañas y la tierra
entera temblarán de espanto, porque los
desórdenes y los crímenes de los hombres
traspasan la bóveda de los cielos.
NUESTRA SEÑORA DE
LA  SALETTE


VERTE UNIE 
LA ISLA
1. El Señor Dios es nuestro testigo, así
como Emmanuel y su familia, de que
hemos ofrecido paciente, humilde y
gratuitamente su salvación al mundo, que
nos rechaza sin ni siquiera examinar lo
que le proponemos.
1'. Ahora tendríamos que reír y burlarnos
del mundo, y proponerle las obras
delirantes y vacías del mundo, al precio
del oro y de la plata pesados del mundo,
que después lanzaríamos a la cabeza del
mundo imbécil.
2. Pero el Señor incluso nos prohíbe reír
así, y permanecemos en la mano de Dios,
como servidor de Dios, como hijo de Dios,
como amigo de Dios, como Hijo de Dios,
hasta que el mundo experimente la cólera
de Dios y llore en el espanto del humo y
de las piedras, de la sangre y de los
huesos, del fuego y del agua. Hasta que el
mundo pida socorro, aúlle y suplique, y
que nadie responda excepto la risa
demente de la muerte.
2'. Cuando el Señor nos dé los poderes de
su casa, atraeremos a muchos creyentes
nuevos, pero los que vienen ahora en las
tinieblas y en la soledad serán establecidos
los primeros entre todos, y nadie les
quitará su recompensa santa. ¡Oh, vosotros
que venís al Señor de vida y de perdón,
bendecid a aquellos por los cuales venís a
él y seréis bendecidos por el Padre, por la
Madre y por los hijos!
3. Thierry, el lavador, ha sido lavado;
Thierry, el erizado, ha sido alisado;
Thierry, el rezagado, ha adelantado a todo
el mundo, y ahora su fe en Dios sirve de
ejemplo a los demás. Ciertamente, el
Señor lo confirmará por los bienes de la
tierra y por los bienes del cielo. Este ha
adquirido la verdadera inteligencia que no
le será quitada.
3'. El vicario ha recibido la revelación
del secreto señorial como un sacramento
santo, que ahora lleva en su corazón, y
brilla incluso para los ciegos que vienen a
él de todas partes. El Señor visita a sus
verdaderos sacerdotes y los ilumina por
medio de sus sacerdotes verdaderos. El
que recibe descubre al que da, y calla.

4. ¡Oh, mi Señor y mi Dios!, nos pones
cruelmente a prueba hasta el final de
nuestra búsqueda y hasta el final de
nuestro extravío, porque estamos
desviados y te buscamos afuera en el
mundo, en lugar de buscarte adentro de
nosotros mismos.
4'. «Si dos estáis unidos en mi nombre, me
encontraréis», dice el Señor. Esto es una
gran palabra que debemos examinar
atentamente, pues también está dicho:
«Que nadie separe a los que Dios ha
unido». Y así, el hombre y la mujer
estarán unidos santamente para la
búsqueda de Dios.
5. El hombre solo o la mujer sola no hacen
nada, pero ambos reunidos multiplican
según la orden1 de Dios, y los hijos son la
imagen visible en el mundo de la imagen
escondida en los padres.


1. En francés «l'ordre», también significa «el orden». (N. de los T.).

5'. Esta palabra es verídica para todo lo
que hagamos aquí abajo, y debemos
fijarnos bien en ella, a fin de que las
acciones de nuestra fe produzcan el fruto
esperado.
6. Si intentamos obtener los bienes de
este mundo para nosotros mismos y
fraudulentamente, sólo cosecharemos su
lepra. Pero si pedimos honestamente a
nuestro Señor y dueño lo que nos es
necesario, lo recibiremos sin daño alguno.
6'. No nos alejemos de los bienes que
dependen directamente de la bendición de
Dios, a fin de no estar nunca separados del
Señor de abundancia, y a fin de no creer
jamás que nos bastamos a nosotros
mismos, como hacen los insensatos de las
ciudades.
7. Los santos de Dios son célibes, pero los
Sabios de Dios están casados.
7'. ¡Felices los que observen esta
diferencia, y bienaventurados los que la
comprendan!
8. ¡Oh, pura esencia, incluida en la pura
substancia, que gimes con el hombre
caído!, permite que el Libro que habla de
nuevo de tu amor aparezca en el mundo, a
fin de que tus hijos enlutados perciban una
vez más tu llamada antes del juicio
aterrador que viene.
8'. ¡Oh, Amada que contienes al Amado!,
permite que el Libro de tu esplendor
imante de nuevo a la multitud de tus
hijos caídos en el barro, que yerran
miserablemente tranquilizándose con tu
antigua promesa, sin hacer nada para
penetrarla ni para ponerla en práctica
verdaderamente.

8". ¡Oh, Padre-Madre-Hijo santísimos!,
quieras iluminar a tus agonizantes antes de
que sea demasiado tarde.

9. Reviviendo la tristeza y el abandono del
Señor en la Pascua, ¿el Libro no nos ha
sacado de las tinieblas por los versículos
28' y 28 del LIBRO XXXIV?
9'. Al preguntarnos si había que obrar en el
mundo para mantener nuestra casa, ¿no
nos ha enseñado por los versículos 34' y
34 del LIBRO XXIV?

9". Dudando aún si debíamos abandonar
nuestro oficio en el mundo para servir a
Dios, ¿no nos ha confirmado el Libro por
los versículos 3 y 3' del LIBRO XXIV?

10. Al querer nuestra compañera una
confirmación de la vía de Dios, ¿no ha
sido enseñada por los versículos 14' y 14
del LIBRO XXIV?
10'. Y, dudando aún, ¿no ha sido
convencida por los versículos 64' y 64 del
LIBRO IV?

10". Por fin, ante nuestra obstinación en
querer obrar bien según el mundo, ¿no
hemos recibido una severa advertencia por
los versículos 56' y 56 del LIBRO XXIV?

11. Así, nuestra fe en el auxilio del
altísimo Padre y de la dignísima Madre
es lamentable y vacilante, a pesar de las
pruebas constantes de su amor que nos
rodea y nos sostiene amablemente.
11'. Y nuestra vergüenza es total, porque
nuestra debilidad es insigne. ¿No somos
incapaz de soportar victoriosamente la
mínima tribulación por el amor de Dios?
Y ¿no es completa nuestra miseria por esto
mismo?
12. Nuestra propia indignidad, que el amor
del Señor de perdón no desdeña consolar,
¿cómo no sería un inmenso estímulo para
todos los que yerran en las tinieblas y en la
desolación de este mundo de exilio?
12'. Nuestras dudas y nuestras
recriminaciones, que el Señor de
abundancia no desdeña satisfacer, ¿cómo
no serían un consuelo único para todos los
que desesperan en la agonía de este mundo
enfangado?
13. Tus servidores y tus hijos están en la
penuria, Señor, y si a duras penas pueden
mantener su casa, es por un milagro
siempre renovado, aunque observen tu ley
y trabajen para la vida de todos.
13'. Mientras que los impíos inútiles y
estériles son mantenidos con holgura por
el mundo, en proporción a su inutilidad e
incluso a su nocividad, porque las mejores
prebendas están reservadas a los que
trabajan para la muerte de todos.
14. ¡Oh, Señor de inteligencia!, ¿hasta
cuándo dejarás pasar por idiotas e
incapaces a los que te sirven y te buscan
aquí abajo con las lágrimas de la agonía y
de la esperanza?
14'. ¡Oh, Señor todopoderoso!, ¿hasta
cuándo abandonarás a la mendicidad a los
que descuidan asegurar su fortuna en este
mundo para buscarte mejor en sí mismos?

14". ¡Oh, Señor de justicia!, ¿hasta cuándo
dejarás pisotear y reducir a nada a quienes
prefieren rogarte y alabarte, antes que
despabilarse en este mundo infectado por
la muerte?

15. En todo lo que sembramos y en todo lo
que crece y se multiplica, pensemos en la
parte de los servidores y de los pobres de
Dios, y nuestros bienes crecerán y se
multiplicarán proporcionalmente a esta
parte concedida a los hijos del Altísimo.
15'. En cuanto al dinero y al oro que
recibimos, que ganamos y que robamos,
demos una parte generosa a los hijos de
Dios, a fin de que la maldición y la lepra
que están unidas a ellos no nos caigan
encima y se instalen en nosotros.

15". Decimos que debemos ayudar a los
profetas de Dios, a los sacerdotes de Dios,
a los hijos de Dios, a los pobres de Dios,
cuya bendición nos purificará de nuestros
pecados. Pero no decimos que debemos
ayudar a los profetas del mundo, a los
sacerdotes del mundo, a los hijos del
mundo, a los pobres del mundo, cuya
maldición nos cubriría de inmundicias.

16. Ofrezcamos todos los días de nuestra
vida una nueva alabanza al Señor de vida,
como pondríamos un grano de trigo en un
saco, y nos asombraremos de habernos
hecho semejante tesoro tan fácil y
rápidamente.
16'. Porque nuestros corazones pronto
estarán desbordantes del amor de Dios, y
su luz nos guiará en la noche del mundo
hacia la unidad de la vida milagrosa que
nunca más nos faltará.
17. Tú nos sumerges en las tinieblas y en
la desolación, Señor, pero es porque te
abandonamos, porque renegamos de ti y te
traicionamos; ya que eres todo gracia y
todo amor, ¡oh, Resplandeciente!, y nos
consuelas, nos socorres y nos iluminas al
mínimo impulso que tenemos hacia ti.
17'. Nuestra buena voluntad en ti es lo que
desencadena tu socorro en el cielo.
Nuestra fe en ti es lo que lo manifiesta en
el mundo. Nuestro amor en ti es lo que lo
reconoce en nuestros corazones y lo alaba
en nuestras bocas, ¡oh, Santísimo, que te
entregas por nuestras vidas desfallecientes
y perdidas!
18. No conduciremos por ningún medio a
los rebeldes y a los mediocres a la
revelación de los Hijos de Dios, porque la
cosa les aburre y les repugna por
naturaleza.
18'. Nuestra predicación les parece irreal e
inútil en este mundo de falsa realidad y de
falsa utilidad, que pronto los abandonará.
19. ¿No es todo el Libro un cántico al
Señor Dios y como una fuente de juventud
donde las almas piadosas se bañan de
nuevo para el amor y la vida que no
acaban?
19'. Desgraciadamente, los religiosos y los
impíos rechazan por igual el Mensaje
Reencontrado de Dios, y el mundo rechaza
al servidor de Dios que no trabaja en el
mundo a la manera del mundo profano.
20. Ahora, acabamos el Libro gracias a la
ayuda de los creyentes de Pallandt. Estos
se hacen un tesoro que les sorprenderá y
que dejará estupefacto al mundo, pero
nadie lo sabe todavía, ni siquiera ellos.
20'. Sus hijos se beneficiarán y darán
testimonio de él, sin que los hijos del
mundo, que lo verán, puedan apoderarse
de él a causa de su malicia y de su maldad
que cuecen en su sangre.
21. Como éstos no han juzgado nuestra
aparente inutilidad en el mundo, el Señor
no juzgará su utilidad en su reino.
21'. Como no han despreciado nuestra
aparente holgazanería en el mundo, el
Señor no despreciará sus trabajos por su
reino.
22. Como no se han escandalizado de
nuestra aparente debilidad en el mundo, el
Señor les fortificará para siempre en su
reino.
22'. Como no han rechazado nuestra
aparente pobreza en el mundo, el Señor les
establecerá en la riqueza desbordante de
su reino.
23. Pues el Señor realiza la palabra de sus
enviados, ya que ellos también realizan la
palabra del Señor.
23'. Y el Señor hace la voluntad de sus
hijos, ya que ellos también hacen su
voluntad, que es santa y perfecta.
24. Los que se han vendado los ojos para
no ver mi luz se volverán cada vez más
ciegos.
24'. Los que se han tapado los oídos para
no oír mi palabra se volverán cada vez
más sordos.
25. Los que se han amordazado la boca
para no interrogar a mis servidores se
volverán cada vez más estúpidos.
25'. Los que han vuelto más pesado su
corazón para no socorrer a mis abnegados
se volverán cada vez más duros y muertos.
26. Les cerraré los ojos, les taparé los
oídos, les pondré una mordaza en la boca
y les colocaré una piedra pesada sobre el
corazón, dice el Señor, a fin de que no
vean a mis enviados, no los oigan, no los
interroguen y no los reconozcan.
26'. Porque mi venganza será ciega como
lo han sido sus ojos para mis profetas, será
sorda como lo han sido sus oídos para mis
enviados, será muda como lo han sido sus
bocas para mis santos, y será pesada como
lo han sido sus corazones para mis pobres.
27. Nuestro origen, nuestra persona y
nuestra existencia no serán ocultados a
nadie, a fin de que el escándalo de unos y
la edificación de los otros les sirvan de
testimonio en el día del juicio.
27'. Porque los profetas servidores de Dios
son como escollos que hacen caer a unos y
como piedras de fundación que consolidan
a los otros.
28. Los sabios oficiales, herederos y
descendientes de los sopladores rabiosos,
que fueron los primeros en forzar el fuego,
la naturaleza, a los seres y las cosas, ahora
son más honrados y recompensados que
nadie, porque son los sacerdotes de la
ciencia del maldito que tiene al mundo
entre sus garras...
28'. que lo encadena bajo el pretexto de
liberarlo, que lo envenena bajo la máscara
de la beneficencia, que lo embrutece con
la promesa de distraerlo, que lo sumerge
en las tinieblas prometiéndole la luz, que
le priva del Dios de vida haciéndose pasar
por él e imponiendo la muerte a todos.

29. No es por casualidad que los
demonios del infierno están representados
accionando sin parar fuelles de fragua que
fuerzan el fuego donde se queman los
condenados.
29'. Ahí estamos, pero nuestra situación es
tan idéntica a la imagen antigua que ya no
podemos conocer el estado en el que nos
ha precipitado la ciencia del maligno.
30. ¿Hay algo más estúpido que la
máquina? Y ¿no estamos bajo el reinado
de la máquina ciega y sorda? Y ¿no
adoramos la máquina que nos mastica
bestialmente?
30'. ¿Hay algo más estúpido que el Estado
anónimo? Y ¿no estamos bajo el reinado
de la Bestia ciega y sorda? Y ¿no
adoramos a la Bestia que nos tritura
ciegamente?

30". Los magos oficiales de Faraón son
más fuertes que nunca en el mundo. Sólo
han cambiado de apariencias y de astucias,
de nombres y de métodos, pero sus
prodigios siguen asombrando al mundo y
lo mantienen en la esclavitud de la muerte.

31. La ciencia profana ha conquistado
incluso el corazón de los religiosos, que se
alían con ella sin darse cuenta de que les
devora sin perdón.
31'. Porque han despreciado la ciencia de
Dios que se ha retirado de ellos, y ahora
son ridiculizados por la ciencia del
demonio a la que adoran públicamente.
32. El tiempo de las máquinas apenas
empieza y todos están seducidos, sin darse
cuenta de que las máquinas son obras
muertas que no producen más que la
muerte.
32'. Y todos creen servirse de las
máquinas sin darse cuenta de que son
ellos quienes sirven a las máquinas como
esclavos embrutecidos por la muerte.
33. Ahora, todos defienden la causa del
rebelde y ensalzan su obra maldita.
Sacerdotes e incrédulos, monjes y laicos,
sabios e ignorantes, artistas y obreros,
ricos y pobres, sanos y enfermos,
bienpensantes e impíos, jefes y peones,
todos aplauden al fuego que va a
devorarlos.
33'. Los impíos dicen: «Hemos sustituido
a Dios por nuestra ciencia», y los
creyentes añaden: «Dios ha dado la
ciencia al hombre para que se libere», pero
ni unos ni otros ven el abismo abierto bajo
sus pies, ni el humo que sube y que va a
sepultarlos para siempre.
34. ¡Oh, dolor! Nuestra voz es ahogada
por la multitud de lisiados que se hunden
alegremente en la muerte hedionda del
infierno, y permanecemos solo, sin medios
ni auxilio para hacer oír la última
advertencia del Señor de justicia que nos
envía al mundo, como el grano bajo la
rueda de molino.
34'. ¡Oh, castigo cruel! El Libro de
la liberación permanece desconocido,
mientras que la inmundicia misma es
regiamente financiada por los ricos del
mundo, mientras que la fe muerta rebosa
de los dones de los bienpensantes,
mientras que las obras de muerte son
alentadas por los bienintencionados que
sirven al demonio sin querer saberlo.

35. ¡Oh!, ¿quién dirá con nosotros la
urgencia del arrepentimiento? Y ¿quién
vendrá a ayudarnos a reunir la simiente del
mundo nuevo?
35'. ¡Oh!, ¿quién lanzará con nosotros el
grito de alarma antes de que el absurdo
engulla el mundo? Y ¿quién rogará al
Señor de perdón, a fin de que el Libro
aparezca antes del golpe centelleante de su
rayo que retumba?
36. ¡Oh!, ¿quién se ayudará a sobrevivir
ayudándonos en nuestra misión que se ha
vuelto imposible por la indiferencia de
todos?
36'. Y ¿quién se salvará refugiándose bajo
las alas del Altísimo, mientras la puerta
todavía está entreabierta?
37. ¿Cómo nos recibirá nuestro Señor si
ni siquiera conseguimos hacer oír su
amonestación en este mundo agonizante y
profanador?
37'. Tened cuidado, vosotros que leéis
esto, porque nuestro carácter es alegre y
jovial por naturaleza, y las amenazas que
os comunicamos vienen como por encima
y a través de nosotros, sin que tengamos
nada que ver en ello.
38. Os suplicamos humildemente en
nombre de la creación de Dios que
agoniza y que va a perecer. Os pedimos
vuestra ayuda a fin de que el Libro
aparezca en el mundo y a fin de que sea
difundido antes del golpe mortal que va a
reducirlo todo a cenizas.
38'. Os pedimos vuestro apoyo, ¡oh,
creyentes de Dios que estáis esparcidos
por el mundo!, a fin de que nuestro
testimonio no sea vano y a fin de que la
advertencia última del Señor de justicia
llegue a todos los que todavía creen
salvarse por sus propios medios.
39. Mendigamos de rodillas vuestra ayuda
fraternal para el mundo que va a perecer,
pero por encima de todo, para los
que todavía esperan y creen en la
Omnipotencia del Perfecto, en medio de la
marea ascendente de los impíos, de los
hipócritas, de los traidores y de los
rebeldes que apestan a muerte.
39'. Llamamos a vuestros corazones, ¡oh,
creyentes que sobrenadáis en el barro del
mundo!, a fin de que transmitáis el Libro
que llama a los hijos de Dios a las islas
altas, donde la cólera de Dios pasará sobre
sus cabezas sin tocarlos.

39". Estos dos versículos sólo serán leídos
después del consentimiento formal de los
que escuchen, porque comprometen a
cualquiera que los lea o los oiga, aunque
sea una sola vez.

40. Ahora, henos aquí responsables, cada
uno ante el Señor, de nosotros mismos, de
nuestros hijos, de nuestros padres, de
nuestros amigos, de nuestros servidores
y de nuestro entorno, si descuidamos
advertirles de la amenaza y de la promesa
del Libro de la última hora.
40'. Ahora, henos aquí como atados al
trabajo y como puestos bajo el yugo del
Señor que retribuye a los obreros de su
viña, y no podemos retroceder sin caer
en la fosa de donde no se vuelve.
Avancemos, pues, valerosamente, ya que
el reposo del Señor está cerca, y su salario
es la salvación eterna que no decepciona.
41. Un sólo versículo atraerá al hijo
escogido de Dios, y un sólo versículo hará
huir al malvado que ya se ha condenado
en su corazón.
41'. Porque la palabra inspirada de Dios
imanta o rechaza según lo que está
escondido en cada uno de nosotros.
42. Desde que se nos amenaza con el fin
próximo del mundo y que nada ocurre, ya
no creemos en esta broma pesada, dicen
los impíos. Ahora, dejadnos en paz y dejad
que nos organicemos por nosotros mismos
en este mundo que nos pertenece.
42'. Desgraciadamente, no saben que las
plegarias, las lágrimas y el sacrificio de
los santos y de su patrona son lo único que
ha retenido hasta ahora el brazo de la
cólera de Dios, pero el peso aumenta en
proporción a nuestra negación de Dios, y
ahora es enorme y se vuelve insostenible,
incluso para los más fuertes.
43. Incluso los crujidos de la cólera de
Dios, que balancea antes de abatirse sobre
el mundo, no serán comprendidos por los
hombres rebelados contra Dios.
43'. Incluso el fragor de la cólera de Dios,
que hierve antes de sumergir el mundo,
no será comprendido por los hombres
ocupados de sí mismos.
44. Los creyentes comprenderán, pero será
demasiado tarde para muchos de ellos,
porque habrán descuidado la advertencia
de Dios.
44'. Los hijos de Dios comprenderán,
verán con sus ojos y oirán con sus oídos,
pero la desgracia no los alcanzará porque
habrán llegado a las islas terrestres del
refugio.
45. Amigos míos, ¿no veis la agitación del
absurdo que se amontona ante vosotros
por todas partes en el mundo, en un
equilibrio imposible?
45'. ¿No veis la negación universal del
verdadero Señor de vida, en beneficio de
aquel que falsifica y desencarna toda vida
para saciarse de ella?
46. Amigos míos, ¿no veis el número y la
enormidad de vuestras enfermedades en el
mundo, y no veis la labor agotadora de
vuestros trabajos siempre por recomenzar?
46'. ¿No estáis fatigados de construir en el
barro sin fundamento seguro, y no estáis
cansados de pudriros en la agonía de la
muerte desde hace tanto tiempo?
47. Muchos pasan por impíos porque
no frecuentan las iglesias, pero están
religados a Dios porque cumplen los
preceptos de la caridad divina.
47'. Muchos pasan por piadosos porque
observan las ceremonias exteriores, pero
están excluidos de Dios porque dejan de
cumplir los verdaderos preceptos divinos.
48. Ciertamente, habrá lágrimas, gritos y
crujir de dientes el día de la retribución, y
la sorpresa de este juicio multiplicará
singularmente los gritos de los que se
verán rechazados y condenados, cuando se
creían justificados y salvados.
48'. También habrá gritos y lágrimas de
alegría, y saltos inesperados el día de la
pesada y del desnudamiento de las almas;
y, asimismo, el asombro de este veredicto
multiplicará de una manera imprevista las
alabanzas de los que se verán admitidos
y justificados, cuando esperaban ser
fustigados y proscritos.

48". Los que tienen inteligencia
observarán estos versículos y cambiarán
su conducta, haciendo lo que no hacían,
sin dejar de hacer bien lo que ya hacían.

49. ¿Quién es éste que nos reprende y que
nos amenaza, dirán los bienpensantes, y
con qué derecho y qué autoridad se ocupa
de nosotros, si nosotros no lo conocemos?
49'. ¿Qué es él más que nosotros
para aleccionarnos, y qué vale más
que nosotros para reprendernos tan
groseramente ? ¿Acaso forma parte de
nuestra cofradía?, pues no le vemos en
nuestras reuniones ni en nuestras
procesiones públicas.
50. Es un laico entre los laicos y no es ni
clérigo ni sacerdote para enseñarnos la vía
de Dios, que conocemos mejor que él. No
está delegado ni autorizado por nadie para
hablarnos.
50'. ¿Quién es éste que, recubierto por el
barro del pecado, se levanta para
fustigarnos públicamente? Si fuera profeta
de Dios y enviado por Dios, lo sabríamos,
porque Dios lo habría escogido
preferentemente entre nosotros, puesto que
estamos reservados en primer lugar para
su salvación.
51. ¡Ay, tres veces ay!, no gustamos a los
«bienpensantes» y los «bienpensantes» no
nos gustan. Y si los reprendemos es por
orden de Dios y tapándonos la nariz, ya
que por nosotros mismos jamás habríamos
tenido este valor ni esta caridad. Los
impíos y los rebeldes huelen bien a su lado
y también parecen rectos.
51'. Sí, Dios nos ha hecho trapero a pesar
nuestro, y no estamos orgulloso de
escarbar en las basuras de este mundo.
Pero ¿acaso algunas veces no se
encuentran entre las inmundicias objetos
de plata abandonados por los sirvientes
negligentes? Y ¿no vuelven a brillar estos
objetos de plata, una vez limpios, sobre la
mesa del maestro?
52. Llamamos «bienpensantes» a los que
se exhiben en las iglesias con la insolencia
despectiva que les confiere su situación
social y mundana, su dinero, sus títulos,
sus diplomas, sus condecoraciones, sus
vanidades, sus devociones y su falsa
seguridad de salvados.
52'. Llamamos «bienpensantes» a los que
aplastan a los pobres, desprecian a los
sencillos, corrompen a los sacerdotes y los
obligan a actuar en el sentido que les
conviene, sirviéndose así de la Iglesia para
encubrir sus infamias y para defender sus
causas de condenados.

53. Llamamos «bienpensantes» a los que,
amparándose en la religión y en la
devoción, explotan sin vergüenza a los
desgraciados; a los que se ceban con el
sudor y las lágrimas de los abandonados; a
los que, por su hipocresía, echan a los
últimos creyentes de las iglesias; a los que,
por su egoísmo y sus desprecio, suscitan y
mantienen la rebeldía y el odio de los
desgraciados.
53'. Llamamos «bienpensantes» a los que
se apoderan de los lugares santos por
dinero y hacen allí su voluntad y no la
voluntad de Dios; a los que ocupan los
primeros sitios, cuando de hecho no son
dignos de los últimos; a los que entierran
la palabra de Dios o la tuercen en
provecho suyo; a los que se sirven de la
Iglesia para prosperar en el mundo, en vez
de servir a la Iglesia para prosperar en
Dios.

53". Llamamos «bienpensantes» a la más
insolente, a la más hipócrita y a la más
feroz de las canallas: la canalla de casta
que domina a la humanidad, como las
escorias sobrenadan en el metal en fusión,
a fin de que se pueda recoger fácilmente y
tirar a la basura.

54. Si nos hemos colocado en lugar de
Dios, nos taparemos los ojos y los oídos y
permaneceremos en la muerte de los
ídolos ciegos y sordos.
54'. Si amamos al Señor, reconoceremos
su palabra y volveremos humildemente a
él, que nos recibe amorosamente en su
corazón.


Llamo a los apóstoles de los últimos
tiempos, a los fieles discípulos de
Jesucristo... Combatid, hijos de luz,
vosotros, pequeño número, porque he
aquí el tiempo de los tiempos, el final de
los finales.
NUESTRA SEÑORA DE
LA SALETTE

Los apóstoles de los últimos tiempos
serán por todas partes el buen olor de
Jesucristo para los pobres y para los
pequeños, mientras que serán un olor de
muerte para los grandes, para los ricos y
para los orgullosos mundanos.
LOUIS-MARIE DE MONTFORT

*

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